Estos 15 días en Cuba, me han dejado tan saturada de sentimientos positivos, que no sé ni por donde empezar a contaros lo que hemos vivido…
Podría empezar contándoos que desde que pisamos por primera vez la Isla hace ya más de 13 años, no hemos parado de recibir cosas positivas de ella. Lo primero nuestra propia relación, un amor “made in Cuba” y para seguir, un reguero de amistades maravilloso. Una peculiaridad de las mismas, y como no podía ser de otra forma habiéndose creado en un país que ha terminado dejando migrantes y amores por todo el planeta, es que andan desperdigadas en varios continentes. Así que Cuba ha conseguido que tengamos el corazón repartido entre esa linda isla, Suiza, Venezuela, España, Ecuador…
Por eso cada viaje a Cuba es tan emocionante, y la lista de amistades va creciendo con cada visita. Este año nos hemos dedicado a ir de casa en casa, y el resultado ha sido lo que esperábamos, una gozada.
En candela nuestro piquete de Alamar, eso es puro goce!!
Los Pepitos con arte a raudales, heredado de una pareja espectacular que además
de habernos divertido, nos han guiado por los mejores Saraos y eventos
culturales de la ciudad más bonita del mundo. Qué bonito sería poder devolveros
la hospitalidad en Ecuador, no? Ya os extrañamos en moneda nacional, con
tremendo calor…
Fue lindísimo ir a Caimito, en autobús, camión, Chevrolet del 56 o en tren (parece que Cuba avanza, caballero), y más lindo aún abrazar a Elvirita, Rosy y Alejandra (que está mayorcísima). Como siempre en esa casa se come de chuparse los dedos, se duerme regular con el ruido de los camiones, la discoteca y los mosquitos acechándote la oreja y se disfruta al máximo arreglando el mundo y evocando un futuro reencuentro con Joaquín, Neyla, Dieguito y Camilo, tremenda emoción!
Qué bonito volver al Campamento Internacional Julio Antonio Mella 13 años después, ver la placa homenaje a Perico, los murales, nuestras habitaciones y escuchar el famoso gallo que nos despertaba cada mañana. Lo mejor fue hacerlo en compañía de Luis, el Flaco y su familia.
Nany, una muchacha linda y relinda por dentro y por fuera, pura dulzura! Al final no pudimos compartir tantos ratitos como nos hubiera gustado, pero igual fue un placer verte y no hay duda que nos encontraremos en breve, pues quedó pendiente pasarnos parte del famoso “paquete” y asistir a una de tus clases magistrales en la Universidad de la Habana.
Con Ileana, Toto, Elsida y las mascotas, como si no
hubiera pasado el tiempo. 4 años después ahí sigue la alegría y el cariño. Toto
sigue siendo el arregla-todo e inventa-todo, Ileana el calorcito y tremenda
cocinera y Elsida una fiesta con su radio-secadora del 56. Y Yoel, con sus dos niñas preciosas y nuevos proyectos
entre manos. Deseando poder disfrutar de su música en vivo también en el
Ecuador. Y para lxs que están en Cuba, no se pierdan el “Melesio Grill” en la
Víbora, comida rica y con buena fe!
El Rauli, mi gurú y compañero de vinos y trabajo sigue
igualito igualito, con sus artesanías (el rey del palet), sus postres y su
aguante ante todo. Isabel guerreando, como siempre!
Y esta vez, una novedad, encontrarse con amigxs de España
en La Habana. Cris, mucho más bonito despedirnos a 50 metros de Coppelia que en
Madríd, ¿no crees? Y ese encuentro fugaz con Arantxa y Guille también estuvo muy bien!
Y para rematar, un
día, entre paseo y paseo pasó un colibrí, también conocido en Cuba como zunzún
(a mi me suena a T’zunun…), aumentando las ganas de otro reencuentro.
En fin, creo que nunca me cansaré de visitar Cuba, La
Habana y Caimito, y creo que siempre el tiempo se quedará corto, pero bueno, no
queda más que agradecer a la vida estas oportunidades, de conocer gente tan
linda, y poder mantener las amistades pese al tiempo y la distancia. Además,
estoy segura de que Cuba seguirá dándonos sorpresas y alegrías.
¡¡Os extrañaremos!!