jueves, 29 de agosto de 2013

Ecuador VIII. 1,2,3... ¡¡Acción!!


Después de un intermedio político-sentimental, seguimos contándoos del viaje. 
 
Tras esos días lluviosos en el Tena, decidimos volver a los Andes. Una vez pasado el Puyo y otro pueblito llamado Shell (imaginaos qué compañía explotaba el petróleo en la zona…), nos metemos en el cañón del río Pastaza. El bus remonta las montañotas por una carretera impresionante. Dejamos atrás Baños, en una ladera del volcán Tungurahua, que no conseguimos ver, oír, ni sentir…


Llegamos a Ambato, Alba y Maca nos acogen en su casa. Nos cuentan sus vivencias en el país y su experiencia como profesoras en la Universidad. Allí, además de dedicarse a la docencia realizan investigación, y ahora están rodando un documental sobre Lugares Sagrados de algunas comunidades indígenas de la provincia Tungurahua. El fin de semana tienen pensado ir a Salasaka, una de las comunidades de la zona donde ya han grabado otro documental sobre tapices, pues el pueblo Salasaka se dedica fundamentalmente a la artesanía textil (además de la ganadería y agricultura). Nos invitan a acompañarlas, menudo lujo!! Después del trabajo que les ha costado hacer los contactos y llegar a tener la confianza de la gente de las comunidades, nosotrxs vamos a tener el privilegio de presenciar parte del rodaje.

Y aquí llega una noticia que sacará una sonrisilla a los “gallitos Carabancheleros” de la India. El muchacho infalible pasó a ser… ¡¡¡el farolillo rojo!!! No sabemos si fue el mal de altura, la Maldición de Atahualpa o la Maldición de Ambato, pero David estuvo fuera de juego 24h, y se perdió un día de rodaje. Pero no os crezcáis… como buen Elipeño que es, pasado ese período, fuerte como nadie…

Así que allá nos fuimos las muchachas, cámaras en mano, a grabar en Salasaka un Lugar Sagrado llamado Niton Cruz. En este lugar se hacen distintos rituales, entre ellos uno bastante curioso con un cuy (cobaya); se envuelve al animalito con unas cintas de colores y con él se purifica o bendice a alguien pasándoselo por el cuerpo, eso sí, el animalito no debe morir, traería mala suerte a la persona…
Para mí, que nunca había estado en un rodaje, ni en un Lugar Sagrado, la experiencia es muy emocionante, además soy la “encargada del sonido” y alucino con lo que capta el dichoso microfonito, resulta que al pasar un avión bien lejos yo me pienso que es el volcán…por no hablar de los gemiditos del cuy… Pero lo que más me impresiona es ver como se esfuerzan en realizar los rituales a pesar del viento helado. Al acabar el rodaje, un minipremio, el Tungurahua me enseña un costadito (de ahí la foto de niño en “Los miedos”) y el equipo de actores y actrices merienda una sopa y un “seco de pollo” (plato bien contundente de arroz con pollo guisado).

Ya con David recuperado las acompañamos en otra jornada de rodaje, esta vez visitamos varios lugares sagrados, entre ellos la fuente que abasteció a la comunidad antes de que tuviesen agua corriente en las casas. Además, el baño en ella era purificante.


Lo más impactante ocurrió en uno de ellos que se utilizaba para sanar enfermos y arreglar matrimonios mal avenidos… Nos lo mostró Virginia, una mujer que suele realizar rituales en la figura de chaman o algo así, junto con su marido que es “yachac” (sabio, experto en medicina ancestral). Al tratarse de un lugar sagrado en el que ella iba a realizar un ritual real, tuvimos que pedir permiso a la Pachamama para poder grabar. Esto consistió en hacer algunas oraciones (con Dios y la Virgen de por medio pues a estas comunidades también llegó de manera violenta el catolicismo) y que nos rociase (realmente nos escupió) con un licor. Fue alucinante… Una vez hecho este trámite Alba y Maca pudieron filmar el ritual con un voluntario que casi muere de hipotermia.

Después subimos al Teligote, uno de los Lugares Sagrados más importantes en esta comunidad por su riqueza en hierbas medicinales. Nos muestran varias y nos explican sus funciones. El sitio es precioso, pero de repente comienza a llover y el día ya no da para más. Otra meriendita contundente, y vuelta a Ambato.

Después de 4 días disfrutando de la compañía de Alba y Maca y parasitándolas un poco (gracias chicas, os esperamos en Ibarra!) y viendo que el Tungurahua no se deja ver, decidimos reemprender nuestro viaje hacia el sur.

lunes, 26 de agosto de 2013

Ecuador VII. El Yasuní


Cuenca es la tercera ciudad del país, cercana al medio millón de habitantes, aunque como todas las vistas aquí con aspecto de pueblo. Sin embargo es algo diferente al resto, es una ciudad que alberga un número importante de extranjeros, muchos de ellos jubiladxs, lo que quizá le haga ser la ciudad ecuatoriana más europea o más cercana al tipo de ciudad a la que nosotrxs estamos acostumbradxs.

La plaza principal con su antigua y su nueva catedral se llama Parque Calderón y en ella nos encontramos ya que ha sido convocada una concentración en defensa del Parque Nacional Yasuní. Es nuestra primera mani reivindicativa desde que salimos de España y transcurre en un clima muy diferente, en primer lugar porque te sientes algo más ajeno de lo acostumbrado aunque compartas la reivindicación. La policía ayuda a cerrar el tráfico de la plaza, mientras las pintadas en el suelo, las performances de animales y la ubicación de velas comienzan. En general la gente que participa es muy joven (este es un país muy joven) y también digamos que de posición económica acomodada.

El Yasuní es un Parque Nacional de la amazonía ecuatoriana y la explotación de su subsuelo llevaría al país a producir grandes cantidades de barriles de petróleo a corto plazo. Es una zona donde al margen de las especies existentes de flora y fauna, acoge a diferentes comunidades indígenas de las cuales algunas se encuentran en aislamiento voluntario.

“Ingenuamente” el gobierno llevo a cabo un proyecto en los últimos años por el cual no explotaría dicha zona (evitando el enorme impacto ambiental), con el compromiso por parte de la comunidad internacional de aportar una cantidad económica como contrapartida: el hecho es que una vez analizados los resultados del proyecto, el dato económico alcanzado no llegó ni al 1% del montante esperado.

Y bajo esta perspectiva, hace unos diez días el presidente Rafael Correa anunció a los ecuatorianos, con hondo pesar y pidiendo disculpas fundamentalmente a la población joven, la necesidad de explotación de un 0,1% de la superficie del Parque.  Y esta es la noticia que copa los editoriales de los periódicos ecuatorianos en las últimas semanas.

Los sectores oficialistas, lamentan la insolidaridad y falta de compromiso de la comunidad internacional y argumentan que la explotación de sólo un 0,1% del parque y haciéndolo con el mayor respeto a la naturaleza, llevaría a la mejora de las condiciones de vida de los pobladores de la amazonía y de la sociedad ecuatoriana en su conjunto.(Claro que este mismo gobierno no   se había cansado de defender la no injerencia en estas zonas en defensa del buen vivir). Por otro lado los sectores de la oposición aprovechan la ocasión para criticar a un presidente hasta ahora muy fuerte, aunque salvo algunas excepciones creo que de manera muy tibia (quizá porque están de acuerdo en ello).

Mientras tanto, jóvenes, grupos ecologistas y representantes de los indígenas luchan por alcanzar que se realice una consulta popular, como ya se hizo parece ser con el tema de los toros y las peleas de gallos.

Espero que esta revolución ciudadana, como se denomina por acá, que tantas cosas buenas parece estar trayendo al país, siga contando con ese bonito apellido, ya que no merecería de tal si en un tema tan importante no para la amazonía sino para el conjunto del pueblo ecuatoriano, no se contara con ellos.

Defendamos la vida, defendamos el Yasuní. Y continuemos con el lema del Ecuador que dice “Ecuador ama la vida”. (David)    
 
 

Ecuador VI. Aclaración sobre "Los Miedos"


Oye…parece que me salió el tiro por la culata. Lo cierto es que si no quería preocuparos debía haber escrito sobre otras cosas. En cualquier caso agradezco muchísimo vuestros comentarios y correos, sois una maravilla, aunque debo aclararos un poco el tema.

No voy a hacerme ahora la “valiente” diciendo que lo que escribí sobre “los miedos” es mentira, es cierto que en algún momento esas cosas me han rondado la cabeza, pero ni de lejos ese sentimiento es el que más nos acompaña. Simplemente quería hacer una pequeña reflexión, incluyendo algún tópico, y ya de paso mandar un guiño a mi familia.

Así que ahora, para compensar, os diré que andamos más bien relajadxs, con una cierta pachorra y cuidándonos con la vida mansa… Y, aunque algo expectantes, estamos muy contentxs por estar aquí. Nos sentimos muy libres por haber tomado la decisión de venir para acá, con mucha energía, y llenxs de ilusión por este proyecto. Es más, estamos con ganas de dejar de sentirnos turistas y empezar a pertenecer un poco a esta sociedad y participar en su día a día.

Por lo que hemos visto hasta ahora, el país es espectacular, naturaleza salvaje, los Andes con sus nieves perpetuas coronando algunos volcanes, la Amazonía al alcance de la mano, pero por suerte aun poco explotada, y la costa de Pacífico, que aún no hemos conocido, pero de la que hemos oído maravillas. La gente de la sierra (lo que más hemos conocido hasta ahora) agradable, bastante tranquila y sin una pizca de maldad (nunca hemos tenido sensación de que nos quieran timar por ser extranjerxs ni nada parecido).
Y para concretar un poco más sobre lo bien que estamos, os diré que hoy, después de una agradable caminata, nos hemos dado un bañito en la piscina del hostal, atardecer en la hamaca, luego una cena deliciosa (no os imagináis lo ricas que están las sopas en este país, a pesar del cilantro…) y ahora en la terracita de la cabaña, con el cielo plagado de estrellas…y acompañadxs de una cervecita Pilsener, a vuestra salud!

 Y de regalo, una flor...

viernes, 23 de agosto de 2013

Ecuador VI. Los Miedos...


Antes de venir, al contaros “el proyecto”, muchxs me dijisteis: “¡Qué valientes!”, y yo, que me considero bastante miedosa, me sorprendía, no me parecía algo tan arriesgado…

Ahora que estoy aquí, llevo unos días haciendo repaso a “mis miedos” y, sin intención de asustaros, os los quería compartir…

Por un lado están los miedos de aquí,

Un niño Salasaka con el Tungurahua de fondo
El miedo a la naturaleza, con sus volcanes activos y en erupción, como el Tungurahua, que tiene en vilo a vulcanólogxs y sismólogxs con su actividad constante (hace unos días registraron más de 45 movimientos sísmicos en 2 horas…). Cuando llegas de fuera asusta un poco a la vez que fascina (debe ser emocionante ver una erupción, algo así como una Aurora Boreal), pero luego te das cuenta que aquí la gente está relajada con eso, al final, nosotrxs cuidamos a la Pachamama y ella nos cuida a nosotrxs.

El miedo a los insectos exóticos y demás fauna salvaje, brrr! Cuando estás en la selva te das cuenta de lo insignificantes y vulnerables que somos las personas en medio de la naturaleza… Pero bueno, hasta ahora, solo nos han picado las pulgas, eso sí, de llamas, que tiene más glamour!

Y los miedos terrenales, la gente nos habla de robos en la calle, secuestros exprés, violencia… Está claro que es algo que puede existir, pero también tenemos la sensación de que hay una especial afición al amarillismo en la prensa, con grandes titulares de los sucesos y fotografías bien explícitas y a color. Hasta ahora nos parece todo bastante tranquilo, no hemos tenido absolutamente ningún problema, y hemos conocido gente que lleva años aquí y tampoco los ha tenido, basta con tener un poco de cuidadito y listo!

Al final, lo que más miedo me da aquí son los conductores de cualquier tipo de vehículo, especialmente los de autobús, kamikazes feroces, sin mucho amor por sus vehículos, su vida o la de la gente que transportan…así ves carreteras como la de Riobamba a Cuenca con curvas llenas de corazones azules pintados en el asfalto y cruces en las cunetas recordando a las víctimas. No os preocupéis, que cuando vengáis alquilaremos un carrito!

Y luego están los miedos que traía en la mochila

El miedo a haber tomado la decisión equivocada, a que finalmente no me contraten después de haber montado “este lío”, a que no nos adaptemos…Todo esto se irá viendo con el tiempo, pero por lo que parece hasta ahora, todo saldrá bien, hemos conocido gente muy maja y acogedora y el resto va sobre ruedas. Y si no saliera como esperábamos, no os preocupéis, que tenemos un plan B, y un C, y un D, y un E…

Y el más difícil… el miedo a estar lejos de la familia y amigxs cuando ocurre algo importante, especialmente sin son situaciones difíciles y dolorosas. El sufrimiento en estos casos es doble, por un lado por no estar allí, ayudando, acompañando y compartiendo las emociones, y por otro lado por estar aquí, tan lejos y sin ese calorcito tan acogedor que en otras ocasiones ha sido un alivio inmenso. Si esta experiencia ya ha servido para algo, es para que seamos conscientes de la gente tan maravillosa que nos rodea (menudos momentazos en las despedidas…), y aunque ahora nos separan 9000km, yo os sigo sintiendo muy cerca, y espero que también me sintáis cerca en “esos momentos” en los que me gustaría estar ahí.

Un beso muy fuerte, y un abrazo laaaaargo!

Lucía

miércoles, 14 de agosto de 2013

Ecuador V. Encerradxs


Nos encontramos en el Tena, primera población importante de la selva ecuatoriana (unos 35.000 habitantes) cuando te aproximas desde Quito.

Cuando piensas en la selva la imaginación se desborda, la mía siempre se va a un río por el que te desplazas en canoa bajo un sol castigador y con el aullido de los monos y de los pájaros de sonido ambiente, mientras por la noche se va hacia una hermosa hamaca desde la que diviso las estrellas y sobretodo escucho la selva, porque la selva fundamentalmente se escucha.

 Y bueno, ahora me encuentro en esa hamaca, aunque bajo una construcción de hormigón, en medio de la ciudad de Tena y con la imposibilidad de salir por el aguacero que lleva descargando durante las últimas tres horas. Aprovecharé este balanceo para echar la vista atrás.

En estos últimos días hemos pasado del clima suave de Ibarra, al más frío de Papallacta y al cálido de Tena, sin dejar de estar rodeado de montañas en ningún momento y sin que las nubes, a veces nuestras aliadas evitándonos el sol perpendicular de estas tierras, dejen de ser nuestras enemigas al impedirnos ver el final de esos volcanes nevados que parecen tocar el cielo.



Pasamos un par de días en La Esperanza, habituándonos a nuestros paisanos y desde allí intentando coronar los volcanes del Imbabura y del Cubilche, aunque el único intento serio fue el del segundo. No obstante la niebla intensa y nuestro estado físico nos imposibilitó ver la laguna que lo corona. Desde allí, las vistas de Ibarra son magníficas.


 
 
Después hemos pasado una noche en las termas de Papallacta, lugar espléndido, ubicado a 3300m de altura entre dos colosos de casi 6000m, el volcán Antisana y el volcán Cayambe, y también lugar de entrada al parque nacional Cayambe-Coca; sin embargo en esta ocasión dejamos a un lado las caminatas y simplemente disfrutamos de la chimenea y la bañera termal que te encendían en la habitación para cuando te retirabas definitivamente a ella. (No os preocupéis que cuando vengáis, recorreremos el parque con entusiasmo).


 Y desde allí hemos llegado a nuestro encierro actual, después de casi tres horas de carretera con un paisaje de selva espectacular y que al final te parecía hasta lo normal alrededor de una carretera, donde el agua sigue sin darnos un respiro y desde donde la selva está tan cerca pero tan lejos a la vez.




Al dejar Ibarra atrás, hemos comenzado nuestro viaje por el Ecuador, nuestras vacaciones turísticas, pero esta vez la mirada es diferente, es otra. 
David
 
 

martes, 13 de agosto de 2013

Ecuador IV. Encontrando el sitio


Parece que encontré el sitio... A primera hora habíamos visitado un centro urbano de Ibarra y me gustó, el aspecto me recordaba a los consultorios cubanos. Me habían ido presentando al personal y me parecieron agradables, con ganas de tener alguien más trabajando en su equipo. Me veía trabajando allí.

Pero la necesidad y unas cuantas llamaditas internas (por fin se activaron desde el Ministerio…) hizo que nos remitiesen al S.centro de salud Esperanza. “Allí sí vas a respirar aire puro”, me dijo la directora del centro urbano con gesto de resignación por saber que su centro se va desbordando, creciendo a pesar de no tener más espacio y necesitando más profesionales sin lugar dónde ubicarlos.

Cogemos un bus por 25 centavos, lleno de mujeres Karanki (uno de los distintos grupos indígenas que viven en la zona de Ibarra) cargadas hasta arriba de víveres para subir al pueblo. Llegamos a la parroquia (Municipio) La Esperanza, por una cuesta empedrada que mata mis ilusiones de ir a trabajar en bici, a no ser que decidamos vivir en lo alto de la loma, en la falda del volcán Imbabura, a unos 2600m de altitud.
La Esperanza queda justo encima de mi cabeza, entre el volcán Imbabura a la derecha y el Cubilche, a la izquierda.
Debajo de mi se encuentra la ciudad de Ibarra.
El centro parece en construcción, están reformándolo. En la fachada principal varias fotos ilustran las distintas actividades comunitarias que se llevan a cabo, el grupo de mujeres parteras, lxs técnicos en salud, el grupo de adolescentes…

Pascual nos habla del centro, atienden a una población de unas 8040 personas, divididas en una pequeña zona urbana a los lados de la calzada empedrada y el resto pequeñas comunidades indígenas, algunas de ellas a 45 minutos en carro. Ahora mismo sólo hay dos médicos, él con contrato temporal, y la recién licenciada, haciendo su año “de Rural”. Y es que el sitio es bastante rural…

Nos cuenta la labor comunitaria que realizan con las escuelitas, el instituto y los distintos grupos sociales. Es muy bonito como habla, y como explica que él es miembro de una comunidad de la parroquia, que es indígena y que su sueño era poder trabajar para su gente. Nos comenta los graves problemas de violencia intrafamiliar y la necesidad de tratar el tema de género en las escuelas y con las familias, cosa que ya están intentando hacer, promoviendo la visualización y la toma de conciencia. Me sorprendió y agradó bastante su visión.

Nos presenta a todo el equipo, y después nos enseña el huerto que está montando el grupo de Agentes de Salud (jóvenes de la comunidad que reciben nociones básicas de salud y participan activamente en mejorar la Atención Primaria en la parroquia). El objetivo es doble, por un lado crear un semillero con el que abastecer a la población, que por haber dejado de consumir muchos de los productos autóctonos está teniendo problemas de malnutrición; y por otro lado cultivar las hierbas medicinales que suelen usar las parteras de la comunidad para poder trabajar de manera conjunta con lxs distintxs profesionales del centro. (Ya te avisaré si hacemos unos desayunos saludables, Miri)
 
También nos enseña la sala polivalente, con las paredes decoradas con un mapa de salud de cada comunidad, reflejando los problemas sociales y de salud en cada vivienda, el estado de vacunación infantil, y las situaciones de vulnerabilidad…¡¡maravilloso!! Todo hecho por lxs Agentes de salud. (¡Cómo me acordé de ti cuando lo vi, Albita!),

Y para acabar, se celebra un triple cumpleaños de compañeras del equipo. Cuando llegamos nosotrxs nos reciben con un aplauso…les debe parecer insólito que venga de otro país y esté dispuesta a trabajar allí. Nos hacen presentarnos, y después sigue la charla y el almuerzo, con torta de cumpleaños incluida. Finalmente nos piden que “los elijamos”, que sean prioritarios para nosotrxs porque sería un placer tenerme en el equipo ya que tienen una necesidad muy grande de personal, fundamentalmente médico.
 
La acogida del grupo fue muy buena, creo que me harían sentirme "como en casa", como así lo hicieron mis compis de “San Pablo”. Y aunque aún nos queda mucho por conocer y tiempo que esperar a que finalicen los trámites, creo que lo elegiremos, sería un privilegio poder trabajar en un sitio así, y un gustazo si después viniese a buscarme Carol…en un tractor!
Lucía

viernes, 9 de agosto de 2013

Ecuador III. Próxima estación Esperanza

Después de diez días nos decidimos a abandonar Quito, cuando ya el barrio de la Floresta parecía nuestra casa. Dejamos atrás una linda capital a la que seguro volveremos. (Queda en ella mucho por descubrir y os invitamos a ello).
 
Comenzamos nuestra visita al Ecuador, poniendo rumbo por la panamericana, hacia el norte, hacia Colombia, de la que apenas nos separan 250 km, nosotrxs sin embargo nos quedaremos a mitad de camino.
Las obras de mejora de la carretera nos acompañan durante la primera parte del viaje, luego nuestra vista comienza a fijarse en las majestuosas montañas andinas. No hay un solo tramo plano, es un constante subir y bajar por sus enormes laderas, donde los choferes se encuentran en su salsa y donde mientras los nativos duermen, nosotrxs nos agarramos con firmeza al asiento. (El bus es como un pequeño insecto que se mueve arriba y abajo). La carretera entra en la región de Imbabura, donde su capital Ibarra, es nuestro destino final. Pero antes de ello cruzamos el pueblo de Otavalo, famoso por tener el mercado de artesanía indígena más grande de Latinoamérica (siempre hay algo o algún sitio que es lo más). Ahora los volcanes vuelven a hacerse patentes y el verde de enormes montañas nos invade. Sorprende que el hombre haya sido capaz de cultivar en ellas hasta muy arriba, el maíz, el frejol, las habas, las papas...
 
Dos horas y media después, por fin llegamos a Ibarra, capital de unos 100.000 habitantes, llamada la ciudad blanca. Mi primera impresión no es muy buena, quizá porque la veo con los ojos de ser nuestro destino por un tiempo o quizá porque las nubes nos impiden descubrir la belleza de sus alrededores. Sin embargo, al día siguiente el sol se empeña en cambiar mi opinión. El volcán Imbabura domina el sur de la ciudad, y el este lo vigila desde lo alto de la montaña la laguna de Yahuarcocha. En sí la ciudad se encuentra en un valle algo más amplio que el de Quito, lo que la permite ser plana y cuadriculada (esto nos recuerda muy mucho a nuestra querida Cuba y en particular a Caimito). Su aspecto es el de un pueblo, no existen edificios altos y aunque todavía está por descubrir, si destacan en ella algunas plazas por su frondosidad y animación.
El clima es suave, los 2200 m sobre el nivel de mar, mejoran las noches quiteñas y casi invitan a la manga corta.
 
La gente sigue siendo encantadora y el contacto que tenemos con el personal del ministerio de salud incrementa esta sensación. Dicho encuentro, hace que nuestro destino en el Ecuador parezca más cercano y aunque nuestro periplo viajero no haya más que comenzado, parece que el trabajo como médico de familia de Lucía  se puede encontrar en la (*) parroquia: La Esperanza.
 
La Esperanza es una comunidad que se encuentra apenas a 5km de Ibarra y que se extiende ladera arriba del volcán Imbabura, su población mayoritaria es indígena.
 
(*) El Ecuador se divide en regiones, luego en cantones y luego en parroquias, nada que ver con la iglesia.  
 Interior de un bus que recorre las montañas andinas.

muchos besos, david

jueves, 8 de agosto de 2013

Ecuador II. Un ratito en Quito…


En Quito el aliento no sólo falta por la menor cantidad de oxígeno en el aire, que es menos denso debido a los 2800 metros de altitud, también ocurre que hay tantas cosas para hacer que una va con la lengua fuera de un sitio para otro.



Para empezar, si es domingo podríamos recorrer los 30 km de Ciclopaseo que atraviesan la ciudad, incluyendo un “exótico” circuito por la pista de despegue del antiguo aeropuerto. Alquilan bicis en cantidad de sitios y el tema está preparadísimo, con policías vigilando el tráfico en los cruces y carpitas por todo el recorrido con agua que ofrece la municipalidad, asistencia sanitaria, e incluso mini talleres para los pinchazos y demás averías. El resto del día lo mejor sería disfrutar en los parques o el Centro Histórico, pues el resto de la ciudad parece dormida…
 
Si estuviéramos en el Centro el lunes podríamos acercarnos a las 11 de la mañana a la Plaza Grande a ver el cambio de Guardia y saludar a Rafael Correa (Rafico para los amigos), que presencia el evento desde el balcón del Palacio Presidencial junto a ciudadanxs que han destacado por alguna actividad de relevancia social. Después podríamos bajar hasta el Mercado Central para comer un rico Llapingacho Ambateño, una Corvina, seco de chivo, papas con cuero, o cualquier sopa rica llena de cilantro!


El martes cogeríamos el Trole hacia el sur hasta Chimbacalle, donde se encuentra el MIC (museo interactivo de la ciencia) que ocupa una antigua fábrica textil. Interesante para grandes y peques (como David) por las distintas exposiciones temporales y por esa maqueta enorme de Quito, que nos permitirá ver lo alargadita que es la ciudad.

El miércoles podríamos pasear por la zona este y subir al monte Itchimbia, allí encontraréis grupos de niñxs jugando al futbol en equipos mixtos, parejitas paseando y algún turista resoplando por el esfuerzo de la subida. Las vistas de la zona norte y el Centro Histórico son muy bonitas.

¡Tenemos plan para el jueves! En la Casa de la Cultura hay una sala de proyecciones, la Alfredo Pareja Diezcanseco, donde ponen ciclos de cine gratuito. Cubano, Coreano, Boliviano, Ecuatoriano… Allí podemos ver “Fresa y chocolate” con una familia detrás que le tapa los ojos a su hija de 3 años desde el minuto 1, o también ver una peli ecuatoriana como “Esas no son penas”, que refleja algunas de las preocupaciones de mujeres Quiteñas de clase acomodada.

Si el viernes amanece despejado sería el momento ideal para subir al Volcán Pichincha en el teleférico. Pasamos de 2800 a 4100 metros de altitud en 8 minutos. Normal que arriba varios cartelitos recomienden tomarlo con calma: ¡No corra! Y si nos vemos con fuerzas podríamos seguir caminando hacia la cima, a 4790 metros. Las vistas son impresionantes. Si las nubes lo permiten, veremos el impresionante nevado Cotopaxi. (se ve al fondo en la foto).

Y para el fin de semana podemos disfrutar en los parques (La Alameda, El Ejido, El Arbolito o La Carolina), o si se prefiere algo de movimiento nocturno, el sitio indicado sería La Mariscal.

Como veis hay planes para todos los gustos, podréis elegir el vuestro cuando vengáis a visitarnos. ¡Os esperamos!

Lucia

martes, 6 de agosto de 2013

Ecuador I. Primeras Impresiones

Después de unas once horas de vuelo, el avión comienza a descender, desde sus ventanillas se entremezclan las nubes y algunos picos montañosos andinos. Cuando empiezas a encontrarte a menos altura, una maqueta verde montañosa te acoge, el viento hace el resto empujándote hacia el valle donde se sitúa el nuevo aeropuerto de Quito. (Parece que estos vientos hermanos sólo soplan en la época estival).
El aeropuerto se inauguró en este mismo 2013 y se encuentra como a una hora de la ciudad. La primera imagen en la mitad del mundo son montañas rodeándote y si el día está despejado el espectáculo es grandioso.
Y el lindo Quito está en el siguiente valle, a 2800m de altitud, rodeado igualmente de montañas y volcanes. El Pichincha guarda y observa la ciudad, además de dar nombre a la región. Quito es estrecho y alargado, una ciudad de norte a sur y como casi siempre, los ricos al norte y los trabajadores al sur. Es una ciudad tranquila, a veces un poco fantasma (sobretodo los domingos), caliente de día y fresca de noche, de gente amable y sosegada. No es una gran urbe y a veces parece dormida, pero tiene mucho encanto. Su orografía le permite lucir y dejarse observar desde las alturas.
Una semana no da para mucho, aunque fuimos al ciclo de cine cubano gratis, a una sala de cine para intelectualoides, al museo interactivo de ciencias, a comer llapingachos ambateños y hoy recorrimos la ciudad en bici (el domingo cortan el tráfico para que la puedas disfrutar). Pero en una semana, no hemos parado de oir constantemente que el país esta cambiando radicalmente, que se están mejorando las infraestructuras, la sanidad y la educación...La gente vive contenta con el proceso que se está desarrollando y te acogen de buen grado para que participes en este resurgimiento del Ecuador.

Para terminar, capítulo aparte merece la comunicación, es cierto que hablamos el mismo idioma pero el entendimiento a veces no es fácil, la manera de afrontar los trámites (fundamentalmente burocráticos) es algo que necesitaremos desentrañar poco a poco.

Un beso grande para todxs, desde el Ecuador o mejor dicho desde el lindo Quito. (David)