sábado, 15 de febrero de 2014

Ecuador XLIII. La historia la escriben los vencedores, pero ahora son otros...




Ya ha pasado un tiempito desde que entendí que la historia la escriben los que vencen, pero no siempre la imaginación me ha permitido ver como habrían sido las cosas si…


Afortunadamente, en nuestra última visita a Quito, Henar y Lucas nos recomendaron una exposición en el CAC (Centro de Arte Contemporáneo). 


El Museo, un antiguo hospital militar, tiene exposiciones temporales, imagino que la mayoría de las veces de artistas nacionales, así que es una excelente opción para seguir conociendo el arte y la cultura de nuestro país de acogida.



En esta ocasión, la exposición recomendada es de Eduardo Villacís, como él mismo se define, “un disidente de la realidad”. Nosotrxs tuvimos la suerte de ir el día después a la inauguración, justo en el momento en que el autor hacía una visita guiada por la exposición.


El tipo ha tocado casi todos los palos del arte plástico, desde el óleo al carboncillo, pasando por el diseño digital en 3D. Un adelantado a su tiempo, y aparentemente, siempre contracorriente en cuanto a las tendencias de la época.


Escuchando al artista
Hasta el 30 de Abril se puede disfrutar de su colección  “Antilógica” en la que el motivo principal de las ilustraciones/cuadros/esculturas es la fantasía, los mundos posibles y las realidades paralelas…Y entre ellas, nos impactó y encantó especialmente “El espejo humeante”, una obra que invierte el rol entre colonizadores y colonizadxs.


Plantea cómo hubiera sido el mundo si Colón, en lugar de llegar a Las Antillas, se hubiese desviado hasta México, y allí, en lugar de iniciar lo que ha sido uno de los mayores actos de sometimiento, genocidio, expolio e intolerancia de la Historia, el propio navegante y sus acompañantes hubieran sido retenidos por los Aztecas, que posteriormente, motivados por los mapas que portaban los Europeos, emprendieron el camino inverso hacia “el viejo continente” ahora transformado en el nuevo mundo.


La colección simula una exposición en un museo del mundo actual como conmemoración de los 500 años de la conquista de Améxica (nombre que le dieron a aquellas tierras que no eran México...) Algo así como una exposición histórico-antropológica de la conquista invertida.  En ella hay cuadros, relatos, y distintos restos como vasijas, armas, vestimentas…


Y así la Historia se escribe de otra manera, son los Aztecas quienes interpretan las costumbres primitivas de los habitantes del continente recién conquistado. Sorprendidos por la estatura y palidez de los salvajes, y por la cantidad de pelo, se plantean si los españoles e Italianos debían por tanto ser considerados bestias o humanos… También cuestionan una religión en la que los líderes son llamados padres por todos los seguidores, excepto por sus propios hijos que les llamaban “tío” (jiji!!).


Especialmente gracioso es un pedazo de la capilla Sixtina (hallada en las ruinas de lo que debió ser Roma, donde actualmente se sitúa Nueva Tenochtitlan), esa imagen en la que dos dedos están a punto de tocarse. Los estudiosos de la época interpretan la imagen como un acto de homosexualidad, de hecho el mural completo les parecía una orgía, por eso pensaron que lo de Sixtina era probablemente un error fonético, y que realmente el nombre debía ser Capilla Sextina…


En fin, no sé si he conseguido que os hagáis una idea de cómo es la expo, quizá estaría bien que vinierais a verla…


A mi me gusto porque al final, lo bonito es conseguir tomar conciencia de que todo lo que conocemos, por muy real  y verosímil que parezca, no es más que una interpretación, que un grupo concreto de personas (generalmente hombres de las culturas poderosas, vencedoras en la historia) hace en un momento concreto, y que se asume como verdad.


Al estudiar en el cole la maravillosa conquista de América, ¿alguien se planteó cómo escribirían sobre ella los que la sufrieron? Bueno, probablemente no se les permitió hacerlo.


Está en nuestras manos transmitir la historia desde la óptica de lxs oprimidxs y lxs vencidxs, para no perder la memoria y que no se repitan episodios tan vergonzantes.



domingo, 9 de febrero de 2014

Ecuador XLII. “Batikeando”



Ya os habíamos presentado a Sebastião hace un par de meses, pues bien, ahora os vamos a enseñar el resultado de nuestro taller de Batiks.

Asistimos al taller a primeros de Enero, y después de haberlo hecho, creo que a las visitas os encantaría poder hacer uno…os vamos reservando un hueco!!

La técnica es muy bonita, aunque bastante costosa, lo que hace valorar aun más el trabajo de nuestro amigo.

Empezamos haciendo el diseño en papel, y después pasándolo a la tela blanca. (Os podeis imaginar el motivo del dibujo de David, no?? Mapas, mapas, mapas...)
 



 



Después comienza la parte laboriosa, poner la cera. Puede hacerse con pinceles, o con un aparato hecho con cobre y bambú (el tchanting). Antes de intentarlo parece relativamente sencillo, pero cuando te pones a aplicar la cera caliente, ves cómo se sale de la zona donde querías ponerla o te das cuenta de que no tiene la temperatura adecuada, bueno realmente es el profe el que se da cuenta y nos lo dice, nsotrxs ni papa…


Tras practicar un rato sobre una telita, y una vez “controlada” la técnica sin cagarla mucho, se pone la primera capa de cera en las partes del dibujo que han de quedar blancas.
Cuando esa cera se seca, se tiñe con el primer color, en nuestro caso el azul. Y cuando se seca la tela, se aplica cera en esas partes del dibujo que queremos que queden azules.
Se seca la cera y se tiñe nuevamente del siguiente color. En nuestro caso el amarillo, cubriendo después con cera lo que será amarillo en el dibujo final…



Se repite el mismo proceso con el rojo, y finalmente el negro.

 

Una vez acabado cubrimos todita la tela con cera y una vez seca toca sacarla, frotando la tela como si la estuviésemos lavando a mano. Esta es la parte que requiere menos cuidado, pero que casi resulta más pesada, porque es bien complicado sacarla, y como bien decía Sebastião, porque nuestra piel de blanquitos no resiste tanto frotar (David se hizo una ampolla de tanto esmero)


Después de quitar la cera el dibujo queda medio feo, parece como si se hubiera estropeado, pero…una pasadita de plancha y oh!! ¡¡Magia!! Los colores reaparecen y el resultado está listo.
Pasamos una semanita haciendo nuestros Batiks y creo que hemos quedado más que satisfechos.
¿Os apuntáis al próximo taller?





sábado, 1 de febrero de 2014

Ecuador XLI. Jesus visita Ecuador

Siguiente invitado, Jesus:


A ambos lados del Ecuador
La altura

Muchas sorpresas agradables desde que aterrizamos en Quito: los primeros paseos por esta ciudad constituyeron nuestra primera sorpresa, a pesar de tener avisos previos. Quito es una ciudad que parece estar cruzada por valles y laderas que se cruzan entre sí como un laberinto; pasear por esta ciudad, en la que para pasar de una calle a la paralela, a veces, hay que bajar por unas escaleras en zig-zag, supone que cada vez que te mueves diez metros es como si hubieses corrido quinientos…Y eso que veníamos de la Sierra Norte de Madrid a lo que en el museo etnográfico de Ibarra llaman Sierra Norte de los Andes ecuatorianos…esos 1.500 metros de diferencia en altitud ¡se notan!

Es cuestión de aclimatarse, porque una semana después, un poco después de saludar a una tranquila llama nos dimos un paseo de cuatro kilómetros por la laguna que hay a los pies del Cotopaxi, a 3.892 metros de altitud, y Tita iba fumando; o un paseo de catorce kilómetros rodeando la laguna que hay en el cráter del volcán Cotacachi a 3.100 metros de altitud.


La población indígena

Es muy bonito contemplar a esta gente caminando por la ciudad o sentadas en sus parques; ellas con unos trajes llamativamente coloreados, con collares de perlas doradas de varias vueltas;  ellos con sombrero oscuro, pantalón claro y larga coleta que casi llega a la cintura; y las niñas y los niños colgados en las espaldas de sus madres hasta los dos o tres años y que destacan por esos grandes ojos negros, que se ven desde la acera de enfrente.















La sabiduría ancestral

Ruth, de médicos del Mundo, me invitó a asistir a dos talleres de trabajo que se iban a realizar, en diferentes días, en la comunidad del valle del Chota (comunidad afro) y en la de Carolina (mixta de afro y mestiza o indígena). El trabajo se hacía con las personas de estas comunidades que tienen esa llamada sabiduría ancestral y que trabajan con la población en lo que en nuestra sociedad se llamaba curandería. Estas personas, la mayoría mujeres, trabajan como parteras (matronas tradicionales), hierbateras (curan con plantas el “malaire” y el “ojeado” a cualquier persona, o el “espanto” en la población infantil) y fregadores (que dan friegas). Acompañé a Pame (Pamela), nutricionista, una mujer ecuatoriana que lleva años trabajando con esta gente, que conoce muy bien cómo son y lo que hacen; y viajamos con Gonsalito, el conductor,  también ecuatoriano; joven, soltero y una gran persona que trata con mucho cariño a esta gente y además conduce muy bien por estas carreteras en las que los adelantamientos prohibidos en señal o en las líneas de la carretera, son simples embellecedores…

Las mujeres del valle el Chota eran muy graciosas y me despidieron diciendo “esperamos que no sea ni la primera ni la última vez que nos visita” (debe ser una frase hecha) y me recitaron una copla cada una, aunque luego algunas hicieron varios bises….¡entrañable!...es una pena que la censura no me deje meterlas en el blog, porque son “picantonas”.


Despedida

Me voy con la envidia de que Lucía y David van a vivir un tiempo en una sociedad que cambia a mejor, una revolución ciudadana, que está en marcha…Como muestra, el gobierno dice que “los problemas de mercado se deben solucionar con soluciones de mercado y no políticas”, así pues han obligado a los bancos a que creen un fondo, un depósito, para que si un banco entra en quiebra, de ese fondo se devuelve el dinero a las personas que tenían ahí sus depósitos y se paga al personal que trabajaba allí…¡el estado no pone ni un céntimo para solucionar “la crisis bancaria”!


Me voy con la satisfacción de haber pasado unos días muy bonitos y con la sensación de que Lucía y David pueden pasar aquí una buena temporada, haciendo cosas importantes y pasándolo bien o muy bien.




Ecuador XL. Tita visita Ecuador

Abrimos "sección" en el blog, nuestrxs invitadxs van a hacer una pequeña aportación a nuestros diarios de viaje…
Empezamos con la primera visita transatlántica:


Me conceden el honor de escribir en este blog (su blog) y hay tanto que contar que no sé por dónde empezar:

Todo lo que vivo, veo, siento… está tamizado por la emoción de estar con LUCÍA y DAVID, y…se está tan bien!

Este país es inmenso en diversidad: selva, volcanes, lagunas, Andes, indígenas, mestizxs, afros…, en colores: los de las miles de flores que no conocía, los de los vestidos de las mujeres indígenas de La Esperanza, siempre conjuntadas, y en la elegancia de las mujeres de Otavalo con su falda larga y su sombrero…

 
Hoy subí a buscar a Lucía al trabajo; llegué pronto y me senté fuera a esperar: una mujer indígena que salía del centro me preguntó si yo estaba esperando a que me atendieran; en eso salió Lucía y le dijo que yo era su mamá y Lucía volvió a entrar. La mujer comenzó a darme las gracias porque Lucía le había atendido cuando lxs demás no querían porque era tarde, y me agradecía y agradecía…y, a mí, se me caía la baba…

Después cuando bajábamos en el bus pasó algo muy intenso, pero, eso, si quiere, que lo cuente Lucía.

Todo lo que he conocido de Ecuador me encanta: la música del camión de la basura; los cambios que se están produciendo en este país; cómo los cables de la luz parecen pentagramas en los que las notas son pequeñas plantas que hasta allí llegaron o, cuando llueve se quedan las gotas como perlas colgadas; los colibríes libando en flores alucinantes, bañarme en las termas...
 
Me gustaron las chicas y chicos del insti de David que, cuando llegamos tenían unas jornadas de puertas abiertas y nos contaron leyendas, nos explicaron la anticoncepción, nos analizaron el grupo sanguíneo, nos hablaron de síndromes raros y de diferentes inteligencias, de la importancia del agua…con una organización entre ellas y ellos maravillosa, y sin que hubiera profes cerca!


 
¡¡¡Me gusta Ibarra!!!   ¡¡¡Me gusta Ecuador!!!

Gracias Lucía y David por haber hecho estos días tan llenos, bonitos y emotivos.

¡Qué pena irse!