Comienza a amanecer, los primeros rayos de sol despiertan los árboles
que por cientos pueblan el Vedado. Árboles que durante la tarde permitirán con
su sombra eternas partidas de ajedrez y dominó, y que flanquean el corazón de
este barrio habanero, la calle 23, permitiéndote en las primeras horas del día
disfrutar de una de las más bellas estampas de la ciudad. Pararte en medio de
esta hermosa avenida viendo cómo se pierde con fuerte pendiente en el océano y
como esos carros de la década de los cincuenta te apuntan con sus faros y se
acercan lentamente hacia ti, es como un viaje en el tiempo que sólo puedes
darlo aquí. Esos Chevrolet, Ford y demás inventos, que podrían ser parte de un
museo automovilístico, son esas máquinas o almendrones que hacen de 23 y su
rampa hacia el malecón un lugar mágico.
Almendrones de cine en 23 |
Es mediodía, un sol impenitente se encuentra sobre tu cabeza y en las
kilométricas calles de centro-habana la sombra es un milagro. Estas calles que
unen el centro histórico con el Vedado son el verdadero alma habanero. La vista
se pierde en un horizonte de casas y más casas de bellas columnas, balcones en
equilibrio y maleza que las invade. Sus fachadas descarnadas, la ropa tendida
que las oculta, los nuevos negocios de cuentapropistas, esconden pasillos
angostos que terminan en desvencijados patios o empinadas escaleras. Pero esta
belleza arquitectónica no es la única, porque la verdadera belleza se encuentra
en la calle, una calle que a pesar del calor asfixiante está viva, los niñxs
juegan al fútbol con las piedras por porterías, a la pelota con improvisados
guantes y bates. Las esquinas multiplican la presencia humana en torno a la
bodega donde recoger el pan o en torno al agro donde recoger las viandas y a
veces el pollo o el puerco recién llegado. Los balcones sedes improvisadas
del chisme y las aceras que en ocasiones
esperan al incauto turista, son un puro deleite que acaba en un símbolo de la
ciudad, la escalinata de la Universidad.
El corazón de La Habana |
La Universidad |
La fortaleza del morro es uno de los lugares más hermosos desde donde divisar la puesta de sol, sobre todo en el verano cuando este se esconde bajo el mar. Desde este otro lado de la bahía puedes observar como la ciudad empieza a encender sus amarillentas luces y como reaparece la silueta de una Habana-vieja que culmina en el capitolio. Siguiendo el dibujo del perímetro habanero, se encuentra el interminable malecón, arropado por un cielo cada vez más oscuro en contraste con el horizonte resplandeciente de color anaranjado. Ver como el océano y la ciudad cambian de tonalidad y se preparan para la noche es un momento maravilloso. El rótulo en azul del Habana Libre al fondo marca este instante.
El cielo ya ha oscurecido, las estrellas asumen su papel preponderante
y las nubes enmarcadas por el reflejo de una hermosa luna llena hacen del cielo
un espectáculo. A la vez, esta luna se refleja en un mar que golpea sin
descanso el malecón.
La fortaleza del morro es uno de los lugares más hermosos desde donde divisar la puesta de sol, sobre todo en el verano cuando este se esconde bajo el mar. Desde este otro lado de la bahía puedes observar como la ciudad empieza a encender sus amarillentas luces y como reaparece la silueta de una Habana-vieja que culmina en el capitolio. Siguiendo el dibujo del perímetro habanero, se encuentra el interminable malecón, arropado por un cielo cada vez más oscuro en contraste con el horizonte resplandeciente de color anaranjado. Ver como el océano y la ciudad cambian de tonalidad y se preparan para la noche es un momento maravilloso. El rótulo en azul del Habana Libre al fondo marca este instante.
Desde el otro lado de la bahía |
Cuando el día acaba este es el lugar, es el respiro de la ciudad, es la
magia de la Habana. La brisa que habitualmente le recorre hace de éste el sitio
perfecto para pasear, un tremendo olor a mar te invade al igual que el agua que
incesantemente salta su muro. Un muro de vida, que tiene música, que sabe a ron
y donde la Habana duerme sin prisa a esperar el nuevo día.
La Habana es la ciudad más bella del mundo
y lo más bello de La Habana es su gente.
La Habana es la ciudad más bella del mundo
y lo más bello de La Habana es su gente.
La maravilla |
Inspirador... |
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