Cuando el tiempo fuera aumenta y pasan los días, las semanas y los meses, podemos medirlo
con las veces que hemos cumplido años acá. En mi caso ya son dos 9 de Abril
lejos de vosotrxs.
El tiempo y la distancia podrían pesar un poco más en días
así, y más cuando recuerdo las últimas celebraciones en la Casa de Campo (Eva,
volverán!). Sin embargo, tengo la suerte de cumplir años cerca de la Semana
Santa (no está mal que por una vez me beneficie la iglesia…) y esto hace que gracias
a vuestro espíritu viajero y al esfuerzo económico para cruzar el charco, los
dos años haya pasado el cumple muuuy bien acompañada.
Este año el regalo fue pasar el día con Alba y Ernesto. Y
recibir en la noche a Nines, Cris y Ana.
Parece que estando en buena compañía, el lugar no importa,
pero bueno, si se puede elegir, ¿por qué no pasarlo en Mindo, ese pueblito en
mitad de un bosque tropical que ya nos cautivó hace tiempo? Allí nos reunimos
y nos pusimos a actualizar nuestras vidas y a compartir como si el tiempo no
hubiera pasado. ¡Qué rico eso de reencontrarte después de meses y estar como si
te hubieras visto el día anterior!
Así pasamos el día en mitad de la naturaleza, entre colibríes,
tucanes y otros pájaros exóticos que nos permitieron entrar en “su casa” y
pasear yendo de cascada en cascada como en el juego de la oca. En la última de
ellas un bañito que sólo disfrutó David, y un rico picnic que disfrutamos
todxs.
La cena fue un poco más elaborada y glamurosa (en algunas
ocasiones la pizza tiene su toque chic), pero sobre todo más numerosa. Con un
poco de hambre y una cierta ansiedad (por una sorpresita que andaban fraguando
Alba, Ernesto y David) esperamos a las recién llegadas de la Amazonía. Ni
siquiera les dimos tiempo a asentarse, y directamente las sentamos en la mesa.
Fue una cena rica escuchando sus historias de anacondas, caimanes e insectos
exóticos que tuvo un dulce final. Aquí llegó las sorpresita, una tarta
deliciosa de Maracuyá (Ruth aun debe recordarla…) ¡¡con sus velitas y su cohete!!
Después nos animamos a unas cervecitas en “el bar del pueblo”,
donde para variar sólo había hombres. Pero bueno, ahí echamos unas risas y
hasta un par de bailes!
Pasé el día y la noche maravillosamente acompañada.
Además me llegaron vuestras felicitaciones. A diferencia de mi querido
compañerito yo no hago lista negra, pero si la hubiera hecho, no faltabais ningunx.
¡¡Muchas gracias a todxs!! ¡¡Os quiero!!
¿Dónde nos encontraremos el próximo 9 de Abril? Me
encantaría saberlo ya. Lo que si sé es que estaré bien acompañada, siempre he
dicho que soy afortunada.
..Nos vemos…
PD: A pesar de que las últimas semanas han sido algo “accidentadas”
presiento que será un buen año, seguro que en la India también lo pensarían,
pues el día de mi cumpleaños una serpiente Coral paseó tranquilamente a
escasos dos metros de mis pies. No os cuento más por si Alba y Ernesto se
animan a contaros su paso por ecuador.
PD2: No recuerdo en cuantos cumpleaños he recibido libros
del genial e imprescindible (como diría Bertolt Bretch) Eduardo Galeano. Ha
sido una gran pérdida, pero su obra perdurará. Este año no hubo tiempo de
recibir su libro póstumo “Mujeres” porque aun no había fallecido y no puedo
poner ninguna cita del mismo. Pero sí quiero dejar una pequeña reflexión suya
sobre la historia de Latinoamérica desde La Invasión que ya imaginaba pero he
comprendido mucho mejor desde que llegue aquí.
"Vinieron. Ellos
tenían la Biblia y nosotros teníamos la tierra. Y nos dijeron: Cierren los ojos
y recen. Y cuando abrimos los ojos, ellos tenían la tierra y nosotros teníamos
la Biblia."
Eduardo Galeano
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