En el Ecuador nos encontramos todavía a dos años de las
próximas elecciones presidenciales y a pesar del gran apoyo que tuvo Correa en las
últimas, parece que las derechas comienzan nuevamente a organizarse después de
casi 8 años de absoluta inexistencia. En esta labor la colaboración interesada que
les brindan los medios de comunicación mayoritariamente opositores es
fundamental, a pesar de su denuncia constante de falta de libertad de
expresión, algo de lo que en Europa se hacen eco rápidamente.
En la actualidad, desde el gobierno nacional se están
tramitando dos leyes, una es la llamada Ley de redistribución de la riqueza y
la otra es la Ley sobre ganancias excepcionales. La primera intenta grabar las
herencias de montos bastante elevados (se estima que podría repercutir a un 2%
de la población ecuatoriana) y la segunda intenta grabar las ganancias
extraordinarias obtenidas por la especulación con terrenos, viviendas… fundamentalmente
después de revalorizaciones debidas a la intervención de obras ejecutadas por
el Estado. Evidentemente los medios de comunicación han hecho el trabajo sucio
a sus propietarios (que seguramente se encuentren en ese 2%) y a través de la
manipulación y la burda mentira han intentado hacer creer a la población, que
está será la gravemente afectada, y que sobretodo lo serán esas familias
trabajadoras de clase media. (Es increíble como las mayorías seguimos haciendo
el trabajo sucio a las minorías incluso para defender su economía frente a la
nuestra).
Correa desde Carondelet explicando las leyes redistributivas de riqueza |
En la noche de ayer y después de unos días de marchas
opositoras y defensoras del gobierno (ninguna de ellas demasiado
multitudinaria) Correa ha salido para decirle a la nación que temporalmente
ambas leyes serán revocadas y que se procederá a un tiempo de socialización de
las mismas donde se podrá explicar bien a la población sus bondades y su real
afectación.
Todo esto me ha hecho pensar, ya que durante estos años en los que
la derecha se encontró totalmente pérdida (en términos de representación
política), el gobierno cometió graves errores; quizá el principal fue aumentar la
brecha con sectores organizados de la izquierda como algunxs grupos indígenas,
ecologistas, feministas…, identificándolos en ocasiones como principales
enemigos. Y es ahora cuando el verdadero enemigo empieza a tomar cuerpo, ahora
cuando intentas tomar medidas que a ellos afectan para beneficiar a las
mayorías de desheredadxs, cuando tus aliados naturales no están en la calle
para hacer suya la defensa de unas conquistas sociales de justicia y equidad
tan indispensables.
Y esto a la vez me ha transportado a España, a Podemos, a
las enseñanzas siempre tan actuales de la lucha de clases, a pensar que si a
los gobiernos no se los defiende en la calle tanto porque estos se alejaron de
ella, como porque llegaron al poder sin apoyarse fundamentalmente en ella,
ocurrirá que cuando la necesites (que la necesitarás, si de verdad quieres
cambiar las estructuras) ella te dará la espalda y simplemente los gobiernos caerán
o serán uno más. Y sé que actualmente no se dan las condiciones de una sociedad
suficientemente revolucionaria ni allá ni acá, que no existe una ideología y
unos valores suficientemente sólidos para combatir las embestidas lógicas de
unas castas capitalistas que no quieren desprenderse de uno solo de sus
privilegios aunque estos sirvan al bien común (o aunque sean de naturaleza ilegal
o ilegítima), pero aun sabiendo esto no quiere decir que no comparta proyectos
como los de allá y acá y que en ocasiones me ilusionen.
Ahora seamos conscientes que el poder real lo detentan
ellos, el poder económico, el poder de los medios de producción y de
comunicación y por si esto no fuera suficiente, también el poder de la
opresión, por lo que la democracia cuando se habla de sus privilegios queda en
segundo plano y las urnas no son suficientes.
Preguntemos a Grecia sobre la democracia de las urnas, esa
con la que nos bombardean cíclicamente pero que sólo es válida cuando el
resultado es el que dios manda que debe ser, en este caso no sé si será el dios
capital o el dios Dios, que quizá sea el mismo.
Lo que sí me quedó claro es que el capitalismo y una ley de
redistribución de la riqueza han estado, están y estarán siempre reñidos.
Hasta la victoria siempre!!
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