Aunque nos la habían recomendado varias personas, aparecer
allá fue un lindo descubrimiento, pues aunque en Ecuador ya vivimos y
recorrimos los Andes, esto es otro nivel. Si ya en Ibarra nos emocionábamos
cada vez que se despejaba el Cayambe a lo lejos, estar rodeadxs de puntas
(porque son picos tan afilados que parecen puntas de lanza) blancas que emergen
entre las nubes, nos aturdió.
Desde mi ventana |
De entre las miles de opciones de senderismo, escalada y
otras actividades que ofrecen en la zona, no pudimos resistirnos a llegar a la
famosa Laguna 69. El motivo del nombre-número no lo llegamos a saber, supongo
que tendrá que ver con el orden en que las fueron descubriendo, pues toda la
cordillera está plagada de lagunas glaciares. El ascenso a la misma es
sofocante, pues a la falta de aire por caminar por encima de 4000 metros hay
que sumarle que el paisaje es tan hermoso, tan espectacular, que te quita el
aliento. Tratamos de tomárnoslo con calma para llegar al destino y la
recompensa fue mejor de lo esperado.
A mí me impactó mucho el ruido en mitad del silencio, y es que cada minuto sonaban unos estruendos parecidos a truenos que no eran otra cosa que trozos de glaciar derrumbándose en la ladera, o rocas despeñándose hacia la laguna. Debemos agradecerle semejante espectáculo al calentamiento global que hace que cada año retrocedan unos 20 metros los glaciares de esta cordillera.
Otro día decidimos trepar a la cordillera que queda al frente de la Blanca, la Negra. Aunque es árida y sin nieve tiene un gran atractivo, y es que desde ella, la panorámica de la protagonista de esta sierra es brutal. Después de una paliza tremenda atravesando comunidades casi verticales nos dimos un merecido descanso al pie de una laguna mientras el viento iba levantando de a poquitos las nubes que se mezclaban con la nieve.
A parte de las opciones para cabras trotadoras la zona ofrece otros lugares de interés, aguas termales, un gran camposanto en el lugar donde una avalancha del Huascarán (el pico más alto del Perú) barrió una localidad completa, un mapa del Perú creado por polilepis en una ladera a 4000 metros, o uno de los yacimientos arqueológicos más antiguos del Perú, Chavín de Huantar.
Como nos estamos aficionando a descubrir la historia de los
pueblos y este país es un lugar maravilloso para hacerlo, allá nos fuimos. Era
una sociedad Teocrática, es decir, los gobernantes eran los líderes religiosos,
y consiguieron mantener la cohesión y el control de su pueblo sin necesidad de
ejército o guerras. El poder lo demostraban en celebraciones en las que bajo el
efecto de distintas sustancias (entre ellas el San Pedro de moda que tiene casi
tanta mescalina como el Peyote) entraban en un trance que hacía creer al pueblo
que poseían poderes sobrenaturales. Aún se están realizando estudios para
tratar de comprender el funcionamiento de esta sociedad. Recientemente
estrenaron un documental interesante sobre la Cultura Chavín. (Chavin de
Huantar, El teatro del más allá, de Jose Manuel Novoa)
Seguiremos avanzando…¿qué tal bajar de nuevo a la costa?