Los Andes son una cadena montañosa que recorre toda
América del Sur y en la que se encuentran los volcanes más altos del planeta.
Es dudosa la etimología española que asocia el origen del nombre a la palabra
andén, aunque es cierto que varias personas nos han dicho y hemos constatado que
tienen esa forma, encontrándose dos cordilleras una oriental y otra occidental
y en medio de éstas un prolongado valle.
Hace unos días hemos transitado ese maravilloso andén
para dirigirnos a un lugar muy hermoso, una caldera rellena de agua a casi 4000
metros llamada la laguna de Quilotoa. El viaje es un espectáculo, subes, subes
y vuelves a subir dejando la avenida de los volcanes ecuatorianos a veces a tu
izquierda y a veces a tu derecha. Como estamos en época seca en la sierra, los
cultivos que se agarran hasta lo más alto de las montañas están de color amarillo
lo que contrasta con el verde de los pinares y el ocre de los pajonales del
páramo. Por primera vez viajamos por una carretera a tanta altura y en esos
momentos sí recuerdo las imágenes que el Perú andino me dejó; comunidades
indígenas viviendo en zonas altas y frías que transmiten la dureza de sus vidas.
Es un paisaje lleno de quebradas, sinuosamente bello e inhóspito a la vez.
¡¡Ay!!, este país cuanto más lo conoces más te maravilla.
Nuestro destino para visitar la laguna de Quilotoa es la
Hacienda de Tigua, allí nos alojaremos y pasaremos un par de días antes de la
partida de Marco y Joana. Tigua es un área de pequeñas comunidades indígenas en
la provincia de Cotopaxi que se ha hecho
famosa por su pintura de acrílicos en el cuero de los borregos. En ellas
plasman su historia y su cultura de forma naif.
Pinturas de Tigua |
La familia termina siendo amable y hacen un seco de
borrego para cenar en esas noches frescas bastante rico, sin embargo no acabas
de retorcerte en tu cama de turista cuando conoces al indígena que con sus niñxs
pequeños viene a ordeñar las 180 vacas del hacendado cuando el tiene únicamente
una en su casa. ¡Ahí está una clase práctica de lo que son las clases sociales!.
Siendo benevolente puedo entender que uno piense que sus antepasados compraron
aquello y que después le ha tocado administrarlo y quiere seguir viviendo bien,
pero admitir la normalidad y la justico de eso, por ahí no paso.
Vida de pequeñxs |
Vida de mayores |
En estas conversaciones y otras estamos, cuando la señora
nos dice que a ellos los hacendados el presidente les llama pelucones, pero que
ellos son distintos y por eso Correa les ha visitado en alguna ocasión haciendo
noche en esa misma habitación donde voy a dormir después.
Así que, duermo en la cama donde durmió Correa, pero
duermo pensando en todas estas contradicciones, en la lucha de clases, en el
efecto del turismo, en las fuentes de ingresos de una zona casi olvidada, en la
cara de esos guaguas de apenas 5 años que ordeñan las vacas con un frío
terrible y llenos de mocos y mugre, en la prepotencia del hacendado cuando se
dirige hacia su mayordomo, en la forma tan diferente en la que se dirige hacia
sus huéspedes y finalmente dejo de pensar para terminar soñando con ese cráter
lleno de agua a 4000 metros de altura que me espera al día siguiente, que
intentaremos rodear y descender pero que el granizo nos lo terminará impidiendo.
Quilotoa a los pies |
Como se llama el autor?
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