domingo, 12 de julio de 2015

Ecuador XCIV. Morir en Ecuador





“Yo quiero que a mí me entierren
como a mis antepasados
en el vientre oscuro y fresco
                            de una vasija de barro.”         (Jorge Carrera)



Así comienza la “Vasija de barro”, canción muy conocida en el Ecuador, incluso considerada un segundo himno. Su historia tiene que ver con un cuadro de Oswaldo Guayasamín, llamado Origen, que representa la costumbre del pueblo Inca de enterrar a sus muertos en vasijas de barro. Esta misma costumbre era practicada por los Manteños, pueblo nativo de la costa Ecuatoriana. Pudimos observar algunas de ellas en la Comuna Aguas Blancas, en Manabí.

                                                                                                                   
 
                      La vasija de barro
                       de Guayasamín,
                  bajo el árbol de la vida.




Vasijas de barro Manteñas





 

Y así comienza este fin de ciclo, nacer, crecer, vivir y al fin, morir.


¿De qué se puede morir en Ecuador?


Si eres hombre, la probabilidad de morir en un accidente de tránsito es alarmantemente alta, en 2013 fue la primera causa de muerte en hombres- siendo el 7,07% del total de muertes masculinas-, siendo la 5ª causa en el total de la población. (Datos del INEC)
En caso de morir en accidente de tránsito, además de la huella que dejas en las personas que te conocieron, dejarás una huella en el lugar donde falleciste, será de color azul y con forma de corazón. Cientos de “corazones azules” cubrirán los kilómetros y kilómetros de curvas que posee el país. Esto se debe a una campaña promovida por la Dirección Nacional de Tránsito de la Policía. Estuvo funcionando de 2004 a 2012 y el objetivo era mejorar la seguridad vial para reducir tan escalofriantes cifras. (Conste que las de 2013 son una mejoría con respecto a datos previos)
Dentro de las peculiaridades de esta sociedad nos encontramos con que si te atropellaron, es posible que el conductor responsable llegue a un acuerdo económico con tu familia para evitar esos molestos trámites judiciales. No te sorprendas si la persona que te atropelló paga tu ataúd, funeral y entierro. El muerto al hoyo y el vivo al bollo.

El resto de las principales causas de muerte son similares a las que hay en España, diabetes, hipertensión y accidentes cerebrovasculares. El cáncer queda algo más atrasado siendo el primero el gástrico. Como aquí prácticamente no se fuma, el de pulmón no entra en las 15 primeras causas (INEC)

¿Cuántos años puedo vivir en Ecuador?

Bueno, puede ser que mueras en tu primer año de vida, aunque gracias a los esfuerzos del MSP, esa posibilidad es cada vez más remota. Las causas principales son bajo peso al nacer, embarazo pretérmino, e infecciones.
Gracias a la mejoría en las condiciones de vida y a la reducción de las muertes prematuras la esperanza de vida está en aumento (79,40 años en mujeres, 73,67 años en hombres).

Candidata a Centenaria
Con algo más de suerte llegarás a los 100 años, son varias los zonas del país donde se agrupan jubilados gringos, esperando que el aire de esta mitad del mundo con el clima favorable de las tan publicitadas localidades, consigan prolongar su vida. Yo tengo mis dudas sobre si lo que alarga la vida es estar en ese lugar, o haber nacido en él habiendo vivido la vida plenamente, pero con dureza y alejada de contaminantes, estrés y otros problemas de nuestro mundo. Este es el caso de tantxs indígenas que alcanzaron una longevidad sorprendente para sus condiciones de vida (frío, sol equinoccial, trabajo, trabajo y más trabajo). 

Tránsito Amaguaña, líder del movimiento indígena en el siglo pasado en Ecuador, es una de esas centenarias, pues vivió un siglo.


La inmortal, Tránsito Amaguaña

¿Qué hacemos cuando alguien muere?

Como en todas partes, el dolor se manifiesta con llantos, silencio o incluso gritos, sin embargo, tengo la sensación de que aquí la muerte se acepta de otra manera, como si la muerte fuese una parte más de la vida incluso habiendo sido prematura o violenta. Es como si la capacidad de resignación fuera mayor, y esto lo veo en otros aspectos de la vida en este país. No sé si tendrá que ver con la religión, o con que tantas muertes en gente tan joven se han ido normalizando.

Por otro lado, aquí la muerte tiene un componente de morbo bastante alto. Más allá de la curiosidad natural, creo que está favorecido y potenciado por el tratamiento de todo evento violento en la prensa, especialmente en diarios como el Extra que hace “poesía” con cada suceso. Una vez vimos un accidente en el que se habían parado más de 50 coches, algún camión e incluso un autobús para simplemente mirar. ¡Qué chévere poder decir que viste en vivo lo que está en la portada del Extra! ¡Qué mejor recuerdo de tu hijo que la contraportada del Diario Manabita, con foto a color!

Y dentro de las costumbres, aquí es bien importante la velación, que se puede hacer en la propia casa o en salas de velaciones en cuya entrada suele haber un cartel con el nombre de “quien en vida fue…”, como si fuese una función de cine. En ocasiones lo anunciaran como “Sepelio” y otras como “Cepelio”, dependiendo de la creatividad del artífice.
En la velación es importante alimentar a las personas que vienen a acompañar a la familia en su dolor, y en muchos casos la calidad del refrigerio nos recuerda la importancia del estatus.

Cada año, el 2 de Noviembre, día de Finados, te visitarán en el cementerio, tomarán colada morada y guaguas de pan, y comerán el delicioso hornado de chancho.

¿Y los entierros, como son?

Afortunadamente no hemos tenido que ir a ninguno, pero nos hemos cruzado con más de uno. El cortejo, vestido de negro generalmente, aunque en ocasiones también de blanco, caminará a paso lento por calles o carreteras principales desde la salsa de velaciones o domicilio hasta el cementerio. El mismo, a modo de homenaje o despedida,  irá amenizado con música, las que fueron tus favoritas en vida o clásicos como “No me digas adiós, dime hasta luego” – esta se le suele pegar a David 2 o 3 días cada vez que la escucha…-, o incluso melodías de los Beatles tocadas en directo por un grupo indígena subido en una camioneta.

Y para terminar, el final de la Vasija de barro, esa canción escrita a varias manos que recuerda las raíces.

“Cuando la vida se pierda
tras una cortina de años
vivirán a flor de tiempo
                          amores y desengaños.        (Hugo Alemán)


Arcilla cocida y dura
alma de verdes collados
barro y sangre de mis hombres
                                 Sol de mis antepasados.             (Jaime Valencia)


De ti nací y a ti vuelvo
arcilla, vaso de barro
con mi muerte yazgo en ti
                                de tu polvo apasionado.”   (Jorge Enrique Adoum)


Frase de Guayasamín, en la Capilla del Hombre




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