La noche
anterior escuchaba en la radio su intervención en Caracas en la cumbre del
ALBA-Petrocaribe, y al día siguiente un
helicóptero lo llevaba hasta Ibarra donde un escenario al estilo “mesa redonda”
le esperaba y donde varios miles de ibarreños se arremolinaban alrededor. Algunxs portaban el verde inconfundible de
Alianza-País aunque entremezcladxs entre la multitud representaban una minoría
considerable. El escenario lo copaba algún ministrx, el alcalde, el prefecto y
por encima de todxs la figura de Rafico. Pensamos que hablaría cada uno de
ellxs, pero por suerte no fue así y apenas después de un par de intervenciones,
el presi se acercó al micrófono. No me sorprendió en exceso su discurso, ya que
le he escuchado en bastantes enlaces ciudadanos(*), aunque a decir verdad en
algún momento se me pararon los pelitos, como hablan en Venezuela, ya que no se
está acostumbrado a escuchar ese tipo de discursos de un político que es a la
vez presidente de la República (bueno de hecho y aunque parezca mentira en
pleno siglo XXI, no estamos acostumbradxs ni a lo de República). Lo que sí me
sorprendió es como el pueblo ecuatoriano volvía a demostrar su escaso
entusiasmo y apasionamiento. Y esto no
es anécdota sino reflejo de lo que han sido siglos de sometimiento, de olvido
de un pueblo hasta extremos de pérdida total de su autoestima…, no en vano una
de las frases más repetidas en el acto fue “sigamos recuperando la Esperanza” y
el clásico “Prohibido olvidar”.
Prohibido olvidar |
Aprovechamos
el momento, pensando que el acto había finalizado, y nos fuimos a comprar un
regalo de amigo invisible que debía llevar Lucía para su grupo de mayores
hipertensos.
Al volver
vimos una enorme fila que parecía esperar a que el presidente saliera.
Decidimos acercarnos al escenario donde tocaba un grupo folklórico, y ahí
nuestra sorpresa cuando vimos que alcalde, prefecto y sobretodo Rafico estaban
con micrófono en mano. En las primeras filas algunx de los ministrxs y
autoridades bailaban, mientras detrás separadxs por una barrera estaba el
público, el pueblo, mirando expectante y sin apenas bailar, algo a lo que
también nos tienen acostumbradxs. La figura de Correa crecía por momentos, empezaba
a convertirse casi en el vocalista principal y sugería que canción debía ser la
siguiente. Su voz no daba demasiado de sí, pero su carácter de líder
inundaba el escenario y provocaba que
finalmente se retiraran las vallas y el público pudiera llegar hasta el
escenario. Alguna rosa fue lanzada y algún guagua subió a cantar con ÉL.
Cuarteto musical |
Y después de
algo más de una hora de espectáculo, se retiró entre las aclamaciones de la
gente que aún quedaba, y que finalmente le obligaron con sus persecuciones al
carro a que saliera del mismo por el techo y saludara como si de un artista
famoso se tratara.
Así
transcurrió nuestro primer contacto con el mandatario ecuatoriano, que espero que no sea el último.
(*) El
enlace ciudadano es un acto que se realiza todos los sábados desde 2007, de
unas tres horas de duración y que se realiza cada vez en un lugar diferente del
país, donde el presidente da cuenta del trabajo que realizó durante la semana.
Es evidente que es un acto que tiene un componente propagandístico pero en el
cuál también se evidencia el trabajo diario de alguien que debe responder ante
la ciudadanía. Ya me gustaría ver a los políticxs europeos dando alguna mínima explicación.
Es un formato que fue iniciado por Chávez en 1999 con su Aló Presidente.
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