jueves, 24 de abril de 2014

Ecuador LII. Lara visita Ecuador


¡Por fin llegó el día y por fin llegó el día de después!

Llegamos al aeropuerto de Quito cansados, nerviosos y muy, muy ilusionados. Allí nos esperan entre la multitud, sonrientes. ¡Ay que lloro de la emoción! No me lo puedo creer, estamos aquí y estaremos durante tres semanas.

Pasamos los tres primeros días en Quito pero sólo el primero con ellos, Lucía tiene que trabajar el lunes y el domingo nos volvemos a separar...pero ¡qué bonito ha sido el reencuentro! el primer minuto ya parecía que no nos habíamos separado nunca. Eso sí, antes de separarnos conocemos a sus amigos de Quito, Lucas y Henar que son majísimos.

Desde el principio dividimos nuestra estancia en Ecuador en tres etapas, en función de la compañía y el dónde transcurre. A continuación hago un resumen de cada una de ellas:


I Etapa:
Antonio, Emma y yo cogemos un avión que nos lleva a Cuenca, ciudad declarada Patrimonio Mundial por la Unesco. Sólo el vuelo ya merece la pena, ¡qué bonito y emocionante! Tenemos la suerte de pillar todo despejadito y conseguimos ver El Cotopaxi, El Cayambe y algún que otro volcán más que no reconocemos...se nos ponen los pelos de punta y a mi se me salta alguna lagrimita de la emoción. 



En Cuenca pasamos cinco días callejeando por sus empedradas y cuadriculadas calles, que se extienden alrededor del Parque Calderón. Da gusto sentarse en esta plaza a ver pasar gente...



 
 
Visitamos el Museo del Banco Central Pumapungo, precioso y muy interesante y hacemos una excursión que merece muchísimo la pena al Parque Nacional Cajas donde, en primer lugar, damos un paseíto alrededor de la Laguna LLaviuco y su bosque nuboso; y luego subimos a 4100 metros y hacemos otro paseo por el páramo hasta llegar a un bosque de Polylepis de cuento.
  

II Etapa:
Llegamos a Ibarra. Parece que esta semana va a ser tranquila pero hacemos muchísimas cosas. Ibarra es una ciudad amable, llena de placitas y parques. Pero lo que llama más la atención son sus alrededores. Un día despejado se pueden ver a la perfección los volcanes Imbabura, Cubilche, Cotacachi y Cayambe, todo un espectáculo.

Entre otras muchas cosas vamos a Yahuarcocha al famoso plan dominguero: degustar la Tilapia. Y conocemos a los adorables Ruth, Sebastiao y Unai.
 
Subimos a La Esperanza a ver a la doctorita y conocer su subcentro de salud, qué lugar más bonito ha elegido para trabajar...así da gusto! ¡Y cómo la quieren sus pacientes! Claro, que no me extraña. Otro día nos invitan Olga y su hijo Ati a comer. La casa está en un lugar privilegiado y ellos son encantadores.


Hacemos una marchita de casi cuatro horas entre el Cubilche y el Imbabura para llegar a Otavalo, un pueblecito conocido por su mercado de artesanía.


Celebramos el cumpleaños de Lucía, que por suerte nos ha pillado allí, y no sólo una vez si no varias. 

Por último, vamos al volcán Cotacachi y damos un paseo en barquita por la Laguna Cuicocha, que está en el cráter del volcán. Es precioso y muy especial por la ubicación de la laguna y todo lo que le rodea.  

Todo esto siempre con la compañía de David, que se ha portado como un verdadero guia, inmejorable.

III Etapa:

Nos encontramos con Marta y Guille en Quito para comenzar una ruta circular bastante variadita. Subimos al Pichincha en teleférico, casi 4100 metros, pero esta vez no tenemos suerte y no podemos disfrutar de las vistas que se tienen desde arriba por haber bastantes nubes.




¡Por fin es lunes! ¡Por fin es lunes! Y es que Lucía va a comenzar unos días de descanso muy bien merecidos para poder viajar con nosotros.



Primero vamos al Parque Nacional Cotopaxi. Llegamos por la noche a un lugar maravilloso donde nos está esperando una gran sorpresa a la luz de la luna llena: el pico nevadito del volcán Cotopaxi y sus vecinos Rumiñahui, Corazón, Pasochoa y Sincholagua. Al día siguiente el Cotopaxi se ve así:


De allí nos vamos a Baños, emplazada en la falda del volcán Tungurahua que erupcionó unos días antes. Es emocionante, pero no conseguimos ver las candelas por la noche.     












La siguiente parada es en Misahuallí, toda una novedad para nosotros que no hemos estado nunca en la selva. Hacemos noche en Sinchi Warmi, una cooperativa de mujeres, y por la mañana penetramos en la selva. Vemos un montón de plantas y árboles que no había visto en mi vida, como la palmera que anda, el cola de mono, la vainilla...y probamos el cacao recién cortadito.

La última noche la pasamos en Papallacta y disfrutamos de sus aguas termales, ¡gracias chicxs!
Es increíble cómo de la selva pasamos, en poco más de dos horas, a una altura de 3300 metros. Estos son los contrastes de este país que no nos ha dejado indiferentes.


Y llegó el final de este viaje tan esperado...entre lágrimas y abrazos nos despedimos en el aeropuerto de Quito.

¿Y ahora qué? Pues nada, deciros que ha sido todo un placer visitaros, compartir lo que os rodea cada día, disfrutar con vosotros de unos momentos tan buenos e id haciendo hueco en vuestras agendas, que tendremos que organizar otro viajecito para poder disfrutar de vuestra compañía dentro de poco.


¡Os quiero mucho!

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