Aunque en ocasiones hayamos pensado que la gastronomía de este país no es muy variada (me viene a la cabeza el mito de que en latinoamérica sólo se come arroz y frijoles) e incluso hayamos comprobado que los menús en los restaurantes son bastante similares (siempre hay una sopa y después un plato de carne generalmente con arroz y/o papas), queremos mostraros la gran variedad de alimentos que nos ofrece este país, algunos de ellos bien exóticos.
Podríamos diferenciar la gastronomía según las
zonas geográficas del país:
En la zona donde vivimos, los Andes, se suele comer
“calientito”, no puede faltar una sopa, siendo mis favoritas la de quinua y el
locro de papas, y “el seco” que es el plato fuerte y como ya he dicho es carne
(rara vez pescado apanado) acompañada de arroz (soportando el mito), ensalada
y por supuesto aderezado con ají, una salsa algo picante cuya base es el tomate
de árbol (un fruto que no habíamos visto nunca hasta que llegamos aquí) y ají
(pimiento picante, chile). Otra de las joyas de la zona es el choclo, el maíz,
que simplemente hervido o a la brasa y con un poco de mayonesa y queso rallado
es una delicia (¡a 50 centavos o a dólar!).
Choclos recién comprados |
Dentro de las exquisiteces serranas tenemos el famoso
cuy (la típica cobaya) que se puede comer asado, frito, o a la brasa. Y como ya
conocéis, la única e inimitable tilapia, también al gusto, asada o frita. Y no
os olvidemos del delicioso hornado de chancho (cerdo) o las ricas fritadas
(carne de cerdo frita) acompañadas de tortillitas de papa, aguacate y ensalada.
Rober y un rico hornado |
La famosa tilapia |
Si vamos a la costa, mmm, qué decir!!
La especialidad son los ceviches, plato frío, a base de
mariscos y pescado, acompañados de cebolla troceada y una salsa con limón.
Sobre el ceviche se coloca el canguil (palomitas de maíz), tostados (maíz
tostado) y chifles (láminas de plátano macho frito). Así contado puede parecer
raro, pero es muy rico.
Siguiendo hacia el norte por la costa, en la provincia
de Esmeraldas, zona afro por excelencia, no nos podemos perder el sabroso
encocado. Plato con cualquier tipo de pescado o marisco, acompañado de arroz,
salsa de coco y patacones (otra variedad de plátano macho frito).
Si las ganas de comer no son tantas, podemos tomar
simplemente un café acompañado de un bolón de verde. Es una bola tamaño
mandarina, de plátano verde machacado y mezclado con camarones, concha, queso o
chicharrones.
Y si lo que tenemos es sed, cualquier jugo de cualquier
fruta costeña será una delicia. Lo de las frutas en este país merece una
entrada a parte. Se me hace la boca agua de pensarlo.
Pasamos al Oriente del país, donde hemos estado
recientemente y donde hemos probado una de las comidas más “exóticas” hasta ahora.
La estrella en el Oriente es el famoso Chontacuro. Este
animalito es la larva de un escarabajo, y conseguirlo es un proceso lento y
laborioso. Primero hay que tumbar una Chonta (un tipo de palmera), después
esperamos que el escarabajo negro llegue al interior del tronco y deposite los
huevos. Se sabe que las larvas están creciendo porque van comiendo el tronco
desde dentro y se ven los agujeritos en la superficie. Entonces es el momento
de vaciar el tronco, extrayendo el manjar.
Chontacuros esperando su pinchito |
El chontacuro es altamente rico en proteínas, por eso
lleva siglos siendo parte de la dieta de los indígenas de la zona. Se puede
comer crudo, pero para lxs más exquisitos se cocina a la brasa, como el típico
pincho moruno, o en maito, que es una forma de cocinar del oriente que consiste
en meter lo que queramos cocinar (pollo, tilapia, o chontacuros) en una hoja
llamada Bijao, se cierra haciendo un atillo, y se pone en la brasa para dejar
que los alimentos se cocinen en su propia salsa.
Maito de pollo |
Y después de este pequeño menú Equinocial, os dejo una
muestra de nuestra primera vez con los chontacuros. Presiento que no será la
última…
¡Buen Provecho!
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