A Guatemala la definía su escritor más reconocido Miguel Ángel Asturias, como una tierra verde, verde, verde, pero para mí sería aún más acertado decir que Guatemala es verde, agua y fuego. Aunque esto que digo tiene algo de inapropiado debido a la actual sequía que está provocando importantes pérdidas en la cosecha del maíz, alimento básico nacional.
Agua y fuego |
Cuando uno recorre este pequeño país centroamericano al
que se le robó la actual Belice observa la exuberancia del verde, del agua y
los vestigios dejados por el fuego volcánico.
El verde recorre todo su territorio, desde el verde de
los bosques húmedos donde pasea su hermosa cola el quetzal (pájaro y moneda
nacional), al verde del altiplano repleto de maizales y cafetales o al verde
plano e infinito de plantaciones de palma africana en el norte selvático. El
agua lo inunda todo, los lagos crecen sin parar hasta cercar volcanes y templos
mayas, los ríos inabarcables pero
tranquilos ponen rumbo al Caribe y Pacífico y las aguas subterráneas en entonos
calizos moldean cuevas y piscinas naturales bellísimas, agua y más agua que te
reconcilia constantemente con la vida. Y finalmente el fuego que emana de lo
profundo de la tierra ha moldeado y moldea la orografía del país y la geografía
humana de manera cíclica.
Verde y agua |
Ha sido un placer contemplar esos amaneceres de volcanes
lanzando fumarolas en La Antigua o Atitlán, esos atardeceres en las ruinas
mayas y asistir a esas monumentales tormentas nocturnas en el Caribe.
Pero Guate es más que su indudable belleza natural, es
cultura maya, es tradiciones que se entremezclan con la evangelización
invasora, es amabilidad, es artesanía y más artesanía, es huipil y es olor a
tortilla de maíz. Pero a Guate también le sobra mucho, le sobra tanto gringo de
viaje, tanta cultura asimilada del gigante cercano, tanta inversión e invasión
judía, tanto peso de la iglesia católica y evangélica, tanto político mediocre
que nunca sirvió al pueblo, tanta catástrofe natural y sobretodo tanta
violencia que les ha azotado y les azota porque la falta de justicia continua
engendrándola.
Ha sido nuestra primera incursión en Centroamérica y
ahora a Bogotá pasando brevemente por El Salvador, qué feliz me hace volar por
Sudamérica sin necesidad de cruzar el charco.
Ah, y si vas a Guate No Te Pierdas al mejor guía chapín
del país, gracias Guille.
Siguiendo al guía |
No hay comentarios:
Publicar un comentario