viernes, 22 de abril de 2016

Venezuela II. Postales de Venezuela


Cada tarde, a eso de las 5, antes de la caída del sol, decenas de gucamayas recorren el trayecto entre el jardín botánico y “el lago de los peces” -así lo llama Diego-. El espectáculo es hermoso.
 

19 de Marzo, Camilo cumple 2 años. No es muy consciente de que “es su día”, para él todos los días son una fiesta, la forma en que va descubriendo el mundo es emocionante, todo le agrada y le entusiasma, y cuando ve algo que le sorprende te pregunta con su vocecita seductora “¿viste?”. Definitivamente, como dice su tía Rosy, es un relambío.

La cabeza de Diego tiene engranajes de mil colores, aunque su favorito es el azul. En el cerebro tiene una fábrica de ideas, ahora inventa el mundo, después vuela hasta Maracaibo, más tarde se convierte en puerta con bisagra, y por la noche, a veces dormido, a veces despierto, se dedica a perseguir “murciégalos”.
 


Las arepas más ricas de Venezuela las prepara un cubano. Joaquín depuró la técnica al nivel de ser uno de los areperos favoritos de la familia Goitía. Hay varias cosas que hace mejor que las arepas, una es el batido de chocolate, y otra, por mucho que a David le duela, es jugar al ping pong. Veremos cómo se le da en España hacer la paella o la tortilla de patata.

Nadie hace el trabajo de Neyla como lo hace Neyla, cuida de todos esos pozos de oro negro que son el sustento de su país. Lee, piensa, discute, otra cabeza llena de engranajes. Además, el coco le da para ir planificando el futuro incierto, y para crear alguna delicia, como su pastel de zanahoria, ¡¡mmmm!!

En los alrededores de la Plaza Bolívar, durante la semana mayor, centenares de personas disfrutan de los días libres, pasean, persiguen palomas, alimentan ardillas. Relajante normalidad con la que está cayendo en el país, y lo que es peor, con lo que parece que se avecina.
 
 

También con motivo de la Semana mayor (o Santa), muñequitos de judas obstaculizan las calles para recoger propinas. El domingo serán quemados. En mi imaginario estos son habitantes permanentes de Venezuela, pues las tres veces que hemos venido estaban presentes. (Última vez que venimos en semana santa a este país…)

Y otra de semana santa, receta para hacer unas torrijas tropicales: consiga pan de maíz, córtelo en rebanadas y mójelo en leche en polvo, rebócelas y fríalas en aceite de soya, aderece con azúcar y canela y, ¡listas para comer! Ni se nota la diferencia…
 

En varios lugares de la autopista vemos marquesinas. No son paradas de bus, son refugios para motoristas. La cantidad de gente que se mueve en moto es incontable, y los aguaceros en esta latitud son salvajes. Ahora tienen donde resguardarse de los ríos de lluvia.

Una fila da la vuelta a la manzana, no está muy claro lo que venden hoy a precio regulado, pero por el número de cédula nos toca comprar hoy. Paciencia, paciencia, paciencia.

En la TV pública, el programa Zurda Conducta analiza las últimas noticias de la guerra económica, adulteración de precios, ventas ilegales, abuso y más abuso. Estas guerras sibilinas son una vergüenza. Debe andar circulando por determinados sectores latinoamericanos un manual de derrocamiento de gobiernos sin el acostumbrado “golpe de estado”, eso ya no está bien visto.

El valle de Caracas está rodeado de cerros, esta orografía hace que el humo de las decenas de incendios que semanalmente van reduciendo a cenizas la vegetación de la zona, se acumule en la capital. A veces ni se consigue ver bien la silueta del Ávila.

Desde el Cuartel de la Montaña, en lo alto de un cerro, la mirada de Chávez se posa sobre Caracas. Le queda a tiro la Asamblea, ahora controlada por la oposición, y donde se plantean aprobar una ley de amnistía -o del olvido- totalmente orientada a exculpar los delitos cometidos por opositores durante las famosas guarimbas.
 

El whatsapp informa, venden papel higiénico y azúcar en el supermercado X, y no sé quién cambia un paquete de azúcar por dos de harina. Nuevas dinámicas mueven las redes sociales.

No sé si estas postales llegarán a su destino o arderán por el camino. Este país está en candela. Nosotrxs esperamos poder reunirnos pronto con nuestra familia Cubana-Venezolana en Madrid…¡somos de colores!
 

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