martes, 13 de agosto de 2013

Ecuador IV. Encontrando el sitio


Parece que encontré el sitio... A primera hora habíamos visitado un centro urbano de Ibarra y me gustó, el aspecto me recordaba a los consultorios cubanos. Me habían ido presentando al personal y me parecieron agradables, con ganas de tener alguien más trabajando en su equipo. Me veía trabajando allí.

Pero la necesidad y unas cuantas llamaditas internas (por fin se activaron desde el Ministerio…) hizo que nos remitiesen al S.centro de salud Esperanza. “Allí sí vas a respirar aire puro”, me dijo la directora del centro urbano con gesto de resignación por saber que su centro se va desbordando, creciendo a pesar de no tener más espacio y necesitando más profesionales sin lugar dónde ubicarlos.

Cogemos un bus por 25 centavos, lleno de mujeres Karanki (uno de los distintos grupos indígenas que viven en la zona de Ibarra) cargadas hasta arriba de víveres para subir al pueblo. Llegamos a la parroquia (Municipio) La Esperanza, por una cuesta empedrada que mata mis ilusiones de ir a trabajar en bici, a no ser que decidamos vivir en lo alto de la loma, en la falda del volcán Imbabura, a unos 2600m de altitud.
La Esperanza queda justo encima de mi cabeza, entre el volcán Imbabura a la derecha y el Cubilche, a la izquierda.
Debajo de mi se encuentra la ciudad de Ibarra.
El centro parece en construcción, están reformándolo. En la fachada principal varias fotos ilustran las distintas actividades comunitarias que se llevan a cabo, el grupo de mujeres parteras, lxs técnicos en salud, el grupo de adolescentes…

Pascual nos habla del centro, atienden a una población de unas 8040 personas, divididas en una pequeña zona urbana a los lados de la calzada empedrada y el resto pequeñas comunidades indígenas, algunas de ellas a 45 minutos en carro. Ahora mismo sólo hay dos médicos, él con contrato temporal, y la recién licenciada, haciendo su año “de Rural”. Y es que el sitio es bastante rural…

Nos cuenta la labor comunitaria que realizan con las escuelitas, el instituto y los distintos grupos sociales. Es muy bonito como habla, y como explica que él es miembro de una comunidad de la parroquia, que es indígena y que su sueño era poder trabajar para su gente. Nos comenta los graves problemas de violencia intrafamiliar y la necesidad de tratar el tema de género en las escuelas y con las familias, cosa que ya están intentando hacer, promoviendo la visualización y la toma de conciencia. Me sorprendió y agradó bastante su visión.

Nos presenta a todo el equipo, y después nos enseña el huerto que está montando el grupo de Agentes de Salud (jóvenes de la comunidad que reciben nociones básicas de salud y participan activamente en mejorar la Atención Primaria en la parroquia). El objetivo es doble, por un lado crear un semillero con el que abastecer a la población, que por haber dejado de consumir muchos de los productos autóctonos está teniendo problemas de malnutrición; y por otro lado cultivar las hierbas medicinales que suelen usar las parteras de la comunidad para poder trabajar de manera conjunta con lxs distintxs profesionales del centro. (Ya te avisaré si hacemos unos desayunos saludables, Miri)
 
También nos enseña la sala polivalente, con las paredes decoradas con un mapa de salud de cada comunidad, reflejando los problemas sociales y de salud en cada vivienda, el estado de vacunación infantil, y las situaciones de vulnerabilidad…¡¡maravilloso!! Todo hecho por lxs Agentes de salud. (¡Cómo me acordé de ti cuando lo vi, Albita!),

Y para acabar, se celebra un triple cumpleaños de compañeras del equipo. Cuando llegamos nosotrxs nos reciben con un aplauso…les debe parecer insólito que venga de otro país y esté dispuesta a trabajar allí. Nos hacen presentarnos, y después sigue la charla y el almuerzo, con torta de cumpleaños incluida. Finalmente nos piden que “los elijamos”, que sean prioritarios para nosotrxs porque sería un placer tenerme en el equipo ya que tienen una necesidad muy grande de personal, fundamentalmente médico.
 
La acogida del grupo fue muy buena, creo que me harían sentirme "como en casa", como así lo hicieron mis compis de “San Pablo”. Y aunque aún nos queda mucho por conocer y tiempo que esperar a que finalicen los trámites, creo que lo elegiremos, sería un privilegio poder trabajar en un sitio así, y un gustazo si después viniese a buscarme Carol…en un tractor!
Lucía

3 comentarios:

  1. que guay que te hagan sentir tan bien desde el principio...!! Parece que es una comunidad muy implicada, pero...¿es todo creible, o es fruto del primer impacto con el "bondadoso" país?. Tómate tu tiempo para elegir bien, y deja que las primeras impresiones pasen y cada cual se muestre como es.

    Me dais una envidia increible!!! Disfrutad de la experiencia!

    Lambidinhas menina (e menino) :D

    Elena

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  2. Lucía... bonita!! Te leo ya implicada en tu nueva elección...; que valiente y grande eres...; mil gracias por abrirnos a otros mundos y por contarnos de ti. Cuidaté mucho...
    Cómo son las escuelitas allí? David a qué se va a dedicar... a contar árboles? jajajaja...

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  3. Luchi: Imagino tu cara de asombro, siento la emoción que viviste en ese recorrido, sino puede ser en bici , pues entonces irás andando haSTA EL TRABAJO.Aunque coincido con Elena en que te tomes un tiempo en elegir, veas otras opciones.
    A David le irá bien como sea, es un soñador.
    Los quiero muchooo

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