Cuenca es la tercera ciudad del país, cercana al medio millón de habitantes, aunque como todas las vistas aquí con aspecto de pueblo. Sin embargo es algo diferente al resto, es una ciudad que alberga un número importante de extranjeros, muchos de ellos jubiladxs, lo que quizá le haga ser la ciudad ecuatoriana más europea o más cercana al tipo de ciudad a la que nosotrxs estamos acostumbradxs.
La plaza principal con su antigua y su nueva catedral se
llama Parque Calderón y en ella nos encontramos ya que ha sido convocada una
concentración en defensa del Parque Nacional Yasuní. Es nuestra primera mani
reivindicativa desde que salimos de España y transcurre en un clima muy
diferente, en primer lugar porque te sientes algo más ajeno de lo acostumbrado aunque
compartas la reivindicación. La policía ayuda a cerrar el tráfico de la plaza,
mientras las pintadas en el suelo, las performances de animales y la ubicación
de velas comienzan. En general la gente que participa es muy joven (este es un
país muy joven) y también digamos que de posición económica acomodada.
El Yasuní es un Parque Nacional de la amazonía ecuatoriana y
la explotación de su subsuelo llevaría al país a producir grandes cantidades de
barriles de petróleo a corto plazo. Es una zona donde al margen de las especies
existentes de flora y fauna, acoge a diferentes comunidades indígenas de las
cuales algunas se encuentran en aislamiento voluntario.
“Ingenuamente” el gobierno llevo a cabo un proyecto en los
últimos años por el cual no explotaría dicha zona (evitando el enorme impacto
ambiental), con el compromiso por parte de la comunidad internacional de
aportar una cantidad económica como contrapartida: el hecho es que una vez
analizados los resultados del proyecto, el dato económico alcanzado no
llegó ni al 1% del montante esperado.
Y bajo esta perspectiva, hace unos diez días el presidente
Rafael Correa anunció a los ecuatorianos, con hondo pesar y pidiendo disculpas
fundamentalmente a la población joven, la necesidad de explotación de un 0,1%
de la superficie del Parque. Y esta es
la noticia que copa los editoriales de los periódicos ecuatorianos en las
últimas semanas.
Los sectores oficialistas, lamentan la insolidaridad y falta
de compromiso de la comunidad internacional y argumentan que la explotación de sólo
un 0,1% del parque y haciéndolo con el mayor respeto a la naturaleza, llevaría
a la mejora de las condiciones de vida de los pobladores de la amazonía y de la
sociedad ecuatoriana en su conjunto.(Claro que este mismo gobierno no se había cansado de defender la no
injerencia en estas zonas en defensa del buen vivir). Por otro lado los
sectores de la oposición aprovechan la ocasión para criticar a un presidente
hasta ahora muy fuerte, aunque salvo algunas excepciones creo que de manera muy
tibia (quizá porque están de acuerdo en ello).
Mientras tanto, jóvenes, grupos ecologistas y representantes
de los indígenas luchan por alcanzar que se realice una consulta popular, como
ya se hizo parece ser con el tema de los toros y las peleas de gallos.
Espero que esta revolución ciudadana, como se denomina por
acá, que tantas cosas buenas parece estar trayendo al país, siga contando con
ese bonito apellido, ya que no merecería de tal si en un tema tan importante no
para la amazonía sino para el conjunto del pueblo ecuatoriano, no se contara
con ellos.
Defendamos la vida, defendamos el Yasuní. Y continuemos con
el lema del Ecuador que dice “Ecuador ama la vida”. (David)
Te voy a hacer un trato Pichincha. Si tú vas a ser mi mecenas, yo lo seré de tus textos secretos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Voy a poner la nota discordante... tengo entendido por el Le monde diplomatique, que Correa, antes de firmar el compromiso con la comunidad internacional, realizó una cosulta popular. Parece que la mayoría de la población estaba de acuerdo en no explotar el petróleo existente si la Comunidad Internacional cumplía su trato, y el trato era que Ecuador recibiría, de esa Comunidad Internacional (esa misma que no tiene reparos en esquilmar otras zonas de gran relevancia ecológica o no dicen nada) el montante total de 3600 millones de dólares. Evidentemente no sería "a toca teja" y sin ningún tipo de condición, La Comunidad Internacionanquería, tan amante de poner condiciones así lo hizo.Lo que finalmente se firmó fue que ese dinero se recibiría durante un largo periodo de tiempo de manera regular y la mayoría de ese dinero no pasaría directamente a manos del gobierno ecuatoriano sino a una organización internacional que se encargaría de supervisar su gestión. Se firmó el acuerdo y parecía que todos estaban contentos, hasta que se cumplió el plazo del primer pago firmado... Correa se encontró con que, de lo acordado, sólo recibió el 1%, cantidad irrisoria que me imagino, le hizo pensar en la tomadura de pelo a la que estaba siendo sometido él y su pueblo. Entiendo perfectamente a Correa y su decisión tomada. También entiendo las voces de la oposición pero sinceramente creo que no explotar esa zona ahora tendría consecuencias muy negativas para los proyectos sociales que está llevado a cabo Ecuador, así como para sus relaciones internacionales, pues sería la primera vez (creo), que Correa se doblegase ante tal desproposito de una comunidad tan colonial.
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