miércoles, 11 de noviembre de 2015

Perú VIII. Las mujeres de la Memoria

Es increíble la facilidad con la que el tiempo borra lo sucedido, más aún cuando no interesa recordar. También es sorprenderte lo fácil que resulta pasar por los lugares sin saber lo que se cuece o se ha cocido en ellos.

Pasar por Ayacucho me recordó un poco al viaje a Croacia, un país con una historia de violencia y guerra muy reciente en el que miles de turistas admirábamos su arquitectura y paisajes como si el conflicto nunca se hubiera dado en aquellas ciudades en las que, sin mucho esfuerzo, se podían observar paredes bombardeadas.

En Ayacucho no hubo una guerra “oficial”, pero como si lo hubiera sido. El miedo, el dolor y terror se apoderaron de la zona durante más de dos décadas. Paseando por sus calles no parece que haya restos de la barbarie de hace poco más de 10 años, aunque supongo que cientos de familias recordaran diariamente lo ocurrido, son los daños colaterales…

El interés por el olvido es tal que se han construido barrios en zonas donde se encuentran fosas comunes aun no estudiadas. En una de las zonas incluso han construido una cancha de futbol sobre unas fosas. ¡qué viva el ocio, el deporte de masas, el mercado y el olvido!

Afortunadamente un grupo de mujeres, de emocionante valentía, se alzaron en su día contra la injusticia, y como la justicia no se dio, ahora luchan contra el olvido, contra el Alzheimer social que borra de un plumazo la historia vergonzosa de los pueblos y Estados. Crearon ANFASEP (Asociación Nacional de Familiares de Secuestrados, Detenidos y Desaparecidos del Perú), y así emprendieron el duro camino que les tocó recorrer.
Los rostros de la dignidad
Estas mujeres, esposas, madres, hermanas e hijas de víctimas “del conflicto” son un ejemplo de valentía, fuerza y perseverancia. Su esfuerzo no fue gratuito, pues muchas de ellas fueron torturadas, sufrieron maltrato, violaciones, humillación, amenazas y estigmatización como pago por su lucha. (El asunto de las esterilizaciones forzadas sigue siendo noticia casi semanal en la prensa Peruana de hoy día)

Uno de sus lemas iniciales era “¡vivos los llevaron, vivos los queremos de vuelta!”. Frase que tristemente se grita de nuevo en Méjico, por lo ocurrido en Ayotzinapa. La historia se repite. Una vez asumido que no iban a regresar vivos y vivas, exigían al menos “saber dónde están sus huesitos”. Ni esto se les concede.

La Comisión de la Verdad fue muy importante para visibilizar a las víctimas, sin embargo no se consiguió la Justicia esperada ni el compromiso por buscar los restos de las víctimas o proteger las zonas donde están las fosas y crematorios. El informe final de la Comisión estimó la cifra de muertxs y desaparecidxs entre 1980 y el año 2000 en más de 69000 personas.

Las mujeres de ANFASEP, los rostros del dolor, además de exigir justicia, se dedicaron a paliar los daños del conflicto asumiendo el cuidado y educación de cientxs de niñas y niños que quedaron huérfanxs. A aquella generación, que tiene mi edad o pocos años más, le fue arrebatado su pasado, su presente y su futuro (trataron de borrar su pasado, les negaron el presente y les condenaron aun futuro de lucha por recuperar su pasado y su dignidad).

En el 2004 crearon el Museo de la Memoria. En él hicimos un recorrido por esas dos décadas de horror, con historias con nombres y apellidos, la gran mayoría sin resolver, ¿dónde están los cuerpos? La visita es sobrecogedora, las ganas de llorar no ceden durante el recorrido…. Resulta imposible no empatizar con su sufrimiento y necesidad de justicia. Más cuando la violencia se ceba siempre con lxs mismxs, gente humilde, indígenas, mujeres, incluso niñxs (Los mismos que con sus principios morales religiosos se oponen al derecho de las mujeres de decidir sobre su maternidad, en mitad del conflicto se dedicaron a esterilizar de forma forzosa a centenares de mujeres o incluso a asesinarlas embarazadas, para evitar el nacimiento de “nuevos terroristas”)
Los dos rostros del terror

Terror Militar, Estatal
Terror Senderista

 
 
 
 
 
 
 
El museo irónicamente, o como invocando un futuro mejor en el que la historia no se repita, está en la prolongación de la Calle Libertad.

Aún tengo un nudo en la garganta y el corazón encogido…

 
 
Más info:
Museo de la Memoria, Ayacucho
ANFASEP
Espacios de Memoria del Perú
Comisión de la Verdad y la Reconciliación
Documentales: “Caminantes de la Memoria” “Estado del miedo”


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