El día amaneció totalmente despejado en Quito con un Cayambe
y un Antisana que mostraban sus nevados por encima de los 5000 metros
totalmente despejados. Es emocionante y te alegra el día ver estos colosos desde
la gran ciudad. Posteriormente nos dirigimos al sur de la misma donde se sitúa
la terminal de buses y desde allí tuvimos acceso a la imagen más deseada del
último mes: El Cotopaxi en proceso eruptivo. La cercanía de éste te abruma y
más aún cuando divisas las enormes columnas de ceniza que salen de su cráter.
Durante las últimas fechas el Cotopaxi se ha convertido en la gran preocupación
del Ecuador, en un principio por su continua emisión de ceniza y la
correspondiente afectación a cultivos y ganado y después por la posible
explosión y la repercusión de los futuros lahares que se producirían al
derretirse sus glaciares.
Alerta Cotopaxi |
Iniciamos viaje con sentido sur avanzando por la cordillera
andina. A escasa media hora nos encontrábamos ya en el área de influencia del
Cotopaxi, y aunque el día estaba totalmente despejado, la constante emisión de
ceniza hacía que el camino se volviera brumoso y en cierto sentido apocalíptico
una vez que los cultivos habían adquirido ya un tono grisáceo. Por primera vez
a nuestro lado aparecían también los montes Illinizas totalmente descubiertos
pero con su cima nevada igualmente teñida del color de la ceniza. Nuestro
camino continuó al sur y ya el Cotopaxi se divisaba en la lejanía como un
perfecto cono que no deja de lanzar un humo oscuro.
Y cuando esta imagen a nuestra espalda empezaba a disiparse,
comenzó a aparecer delante nuestro la figura del Chimborazo, que por primera
vez se mostraba ante nosotros con absoluta nitidez. Este coloso, único en
Ecuador que supera los 6000 metros, y que gracias a que la tierra no es
totalmente esférica representa el punto más alejado del núcleo terrestre o como
también se dice el punto más cercano al sol, nos había sido esquivo en diversas
ocasiones.
Cerca del cielo |
La carretera empezaba a empinarse y poco a poco iba alcanzando
las estribaciones de esta maravilla de la naturaleza, comenzamos a dejar los
cultivos verdes para dar paso al pajonal y finalmente a un área semidesértica
donde abundan las vicuñas. En cada curva del bus, se nos mostraba una nueva y
mejor imagen de esta montaña que termina coronada por un elegante glaciar que
año tras año lamentablemente retrocede. Es sobrecogedor deslizarse por una ruta
serpenteante que te va acercando cada vez más y en la que escuchas a Lucía a
cada rato, “chuta, qué bestia, es una belleza”.
Chimborazo desde el parque |
Y aquí alrededor de este volcán en un pueblito a 3500 metros
de altura y al calor de la chimenea estamos esperando lo que será mi tercer
cumpleaños en el Ecuador, lejos de todos vosotrxs pero cerca a la vez. Celebraremos estos 41 a vuestra salud en
los hielos del Chimborazo.
¡¡Felicidades!! |
Son 41 |
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