Apenas teníamos información sobre ese lugar, simplemente que
gobernaba Correa y que en España había muchos ecuatorianos emigrados.
Luego me habían contado que era un país bastante concentrado con
una gran variedad de mundos en poco espacio. En unas horas podías estar en
plenos Andes o en la selva y así fue. Pensaba que sería como el Perú que
conocí hace años pero me llevé una sorpresa a lo largo de tres semanas
recorriendo parte de Ecuador, dos de ellas compartidas con Ernesto.
Llegué a Quito. Una familia ecuatoriana me había ido a buscar ya
que les llevaba un “paquetito” con ropa proveniente de un familiar de Ernesto
en España. La primera sorpresa fue un aeropuerto nuevo y unas carreteras
impecables. “La Revolución Ciudadana hace posible estas obras” anunciaban los
carteles al borde de la carretera. Lo que estaba claro es que la Revolución
había mejorado las infraestructuras pero no la manera de conducir que seguía
produciendo una revolución estomacal en cada curva. Como siempre, cuesta
cambiar las costumbres. La Revolución Ciudadana (RC) estaba muy ocupada también
mejorando escuelas, centros de salud y demás infraestructuras a gran velocidad.
¿Quién paga esto? El petróleo y China me explicó el Licenciado David (Lisen).
Estas dependencias económicas me produjeron suspicacias, pero parece ser que es
un primer paso para adquirir autonomía futura a través de grandes centrales
hidroeléctricas por ejemplo que están construyendo.
Me hospedé en casa de la familia en un empinado y verde Quito.
Descubrí en las primeras horas que efectivamente no hablamos el mismo idioma.
Me refiero a que, aunque el castellano nos sea común, la comunicación era
difícil así que me relajé y me dediqué a sonreír más y hablar menos porque al
fin y al cabo esto es internacional.
Al día siguiente cogí un autobús hacia la costa para ver a la
Doctorsita Lucia (Doc) y al Lisen. Yo tenía en mi imaginario los autobuses
latinoamericanos muy animados donde la gente interaccionaba blablá pero estos
ecuatorianos resultaron muy calladitos, como con todo en general, costaba
sacarles una palabra.Familia Ecuatoriana de acogida |
Al llegar a Bahía, puse freno al tiempo. No había planes ni
conocíamos a mucha gente. Licen y Doc vivían la parsimonia del lugar de forma
muy natural. El primer día, acompañé a David por su cotidianidad de correr,
mercado, paseos, comida, lectura y conversar. ¿Qué más se puede pedir?
Luego tuve la suerte de compartir con la Doc un día en
el Hospital con su correspondiente viaje con el gran Wachito, persona a la que
se le coge cariño tras la primera conversación de la que evidentemente no
entiendes mucho, dada la velocidad con la que habla (y sí: existen ecuatorianos
que hablan rápido y están en la costa!). Ya conocía las virtudes médicas y
personales de mi compañera del alma pero no sabía hasta qué punto llegaba su
paciencia. Allí estaba la Doc para motivar y mejorar la formación de los
residentes de Medicina de Familia que tenían enormes lagunas de conocimiento y
algún toque de dejadez. Obviamente no se puede solucionar en unos años
unas carencias educacionales desde la base.
Disfrutando del encocado |
Aprovechamos para ir a la playa un par de días. Allí probé el
Encocado, plato costero que me dejó maravillada. Intenté repetir ese sabor que
todavía recuerdo pero nunca fue como la primera vez con Lisen y Doc.
Entre paseo y paseo, pudimos andar entre manglares, ver aves
bellísimas de cuello rojo que se hincha como un globo para cortejar o disfrutar
de un concierto del Sr Bolero, un artista ecuatoriano que hizo las delicias del
público sacando su peine fino entre canción y canción.
También nos dio tiempo a charlar y charlar, cosa que se nos da muy
bien. Muy estresadas en la playa |
El Océano Pacífico, nombre con gran ironía, nos dio un buen revolcón contra las rocas en una de estas conversaciones dejando ko a mi móvil y marcándome con unas cuantas cicatrices que llevo de recuerdo. Resultó ser una liberación no tener ni la hora para proseguir el viaje.
El Océano Pacífico, momentos antes del revolcón |
Me fui a Quito a buscar a Ernesto y estuvimos dando una vuelta por
las termas de Papallacta, Misahualli, Quilotoa.
Sudando la gota gorda en Misahuallí |
En la gran Ceiba |
De nuevo nos encontramos en Mindo para celebrar el cumple de la Doc y cruzarnos con Nines, Cris y Ana. Nos dedicamos a caminar tranquilamente por esos montes cálidos de cascada en cascada y tuvimos la suerte de maravillarnos con los animales de colores vivos que poblaban aquella exuberante naturaleza
De nuevo nos encontramos en Mindo para celebrar el cumple de la Doc y cruzarnos con Nines, Cris y Ana. Nos dedicamos a caminar tranquilamente por esos montes cálidos de cascada en cascada y tuvimos la suerte de maravillarnos con los animales de colores vivos que poblaban aquella exuberante naturaleza
Querido David:
ResponderEliminarSoy Inma compañera del IES León Felipe, sigo leyendo tu blog que es muy interesante y revelador pero nunca me he atrevido a escribir nada. Ahora lo hago a requerimiento de Marga (JF del IES) que no ha podido contactar contigo para felicitarte por tu cumpleaños (ya sabes que ella siempre es muy detallista), de paso aprovecho para hacerlo yo también. Muchos besos y seguid escribiendo. Inma
Muchas gracias Inma, me alegra que te guste y más a partir de ahora que será puro viaje. Un beso grande para ti y los demás compañerxs.
ResponderEliminar