Como me siento
incapaz de escribir de una manera global sobre ella, la reduciré a algunos
momentos que se quedaron en mi retina y mente, y que describen aspectos de esta
atractiva metrópoli que creo es más interesante vivirla que visitarla.
En la calle 9 de
julio, dicen la más ancha del mundo, se enfrentan de manera titánica, el
obelisco donde se izó por primera vez la bandera nacional y uno de los símbolos
de la ciudad, y el rostro de Evita en un edificio ministerial a imagen y
semejanza del rostro dominante del Ché en la Plaza de la Revolución habanera.
Esta avenida es flanqueada por las hermosas, barrigudas y pinchosas ceibas, que en este momento del año tiñen el suelo de rosa ante la caída de su flor.
En la propia 9 de julio y en el lugar donde perpendicularmente la corta la Avenida de Mayo, tienes una de las más bellas imágenes de la ciudad. Al oeste el edificio del congreso. Al este la casa rosada. Los símbolos de poder se alinean.
Por la 9 de julio avanzan unos detrás de otros, colectivos algo viejos. De sus ventanas salen medios cuerpos y también color rojo de bengala. Son los hinchas de River camino del Monumental donde se enfrentarán a Boca. El clásico acabará 0-0. El único que ganó en el partido fue el BBVA que patrocina a ambos equipos. Estos no entienden de colores, sólo del color verde.
En muchos de los
barrios, las aceras tabletean bajo tus pies y el fastidio tras la lluvia es
evidente. Se hace habitual el sorteo de excrementos caninos y también que en ciertos
lugares las aceras se estrechen por la presencia de colchones y cartones que
hacen de estas el hogar de mendigos. Como contrapunto, las aceras de Corrientes
dibujan estrellas en honor a sus más destacados actores y actrices.
La Boca es uno de
los barrios turísticos, aunque de turístico apenas tiene unas cuadras. Es el lugar
donde se instalaron los primeros italianos y donde construyeron con chapa de
los barcos sus casas. Es un lugar pintoresco y dominado por el estadio de la
bombonera. Saliendo de esas pocas cuadras, el barrio muestra toda su
marginalidad y las casas de ladrillo agujereado con gallinas por sus aceras ahuyentan
las cámaras fotográficas.
En los barrios del noroeste, el laburo de pasear perros con pedigree está extendido, en los del sureste no está extendido tener laburo.
En el barrio de la Recoleta existe un pequeño cementerio, no apto para casi ningún muerto. Grandes colas transitan un pequeño pasillo donde sobre mármol oscuro se lee, Familia Duarte. Y yo me pregunto qué sabrán todos estos japoneses y demás flasheadores de Evita Perón.
El barrio de
Palermo es un poco fashion o gentrificado como aprendí que se llama a este
proceso, allí la calle Jorge Luis Borges desemboca en la Plaza Julio Cortázar.
No sé si ahora el barrio les inspiraría. (Eso sí, el almuerzo estuvo bacán).
En el barrio
contiguo de la Once el panorama cambia radicalmente. Las tiendas boutiques de
última moda se convierten en extensas galerías comerciales de pequeños locales
que en su mayoría regentan chinos y latinoamericanos de latitudes andinas.
También es el barrio judío, aunque no lo advertimos.
No muy lejos de
allí, en el barrio de Almagro se produce la intersección entre la calle
Palestina y la calle Estado de Israel. Salvo el intenso tráfico, no hay mayor
problema.
El metro o subte
como llaman acá, es un agujero sudoroso en estos meses de verano, sus techos
bajos y sus estrechos pasadizos hacen aún más claustrofóbico el viaje. Cuando
estás en el andén y miras a tu alrededor, las caras que encuentras te
imposibilitan reconocer el país donde te encuentras.
A la entrada del
subte, un cartel nos recuerda que la línea B se encuentra interrumpida por
medida de fuerza gremial. (Es decir por paro de los trabajadores).
En alguna de las
esquinas establecidas por el cruce de dos calles, siempre huele a pizza. Casi
siempre en alguna de las otras tres huele a parrillada.
En Buenos Aires
florece la cultura a ras de calle. Es fácil encontrar disqueras, las librerías crecen
por doquier, las salas de teatro están regadas por todo lugar, además puedes
encontrarte con el paseo del tango, el de la historieta o el de los
desaparecidos.
En la infinidad de librerías que puedes encontrar, no faltan nunca a su cita Hernández, Lorca, Machado o Alberti.
Teatrolibrería |
Durante los
quince días que paseamos la ciudad, vimos que en los cines Gaumont, una
tremenda cola se situaba frente a la sala 1. La película era una coproducción
hispano-argentina, 100 años de perdón. Cuando se habrá visto en una así
Calparsoro.
En esta ciudad y
con la excepción de su zona más céntrica, los árboles son los protagonistas
poblando minuciosamente las calles y en la mayoría de los casos superando a los
edificios en altura.
Los domingos en
Buenos Aires son como en el resto de Latinoamérica. Ciudad vacía, comercios
cerrados y parques llenos. En este caso en el parque se desborda el mate.
Materas listas |
La feria de
Mataderos es gastronómica y artesanal, participan las diferentes regiones de la
Argentina. Entre choripán y tucumana, no faltó en el escenario una chica de voz
hermosa y que nos devolvió a la esencia más Latinoamericana.
Lo único que no descansa en Buenos Aires es la basura, porque ni en sus contenedores la dejan descansar día y noche.
Buenos Aires y el
Uruguay están separados por unos 50 kilómetros de agua que corresponden al rio
La Plata. Nada más zarpar de Colonia los rascacielos de la capital empiezan a
dibujarse en el horizonte. A medida que te acercas, muchos más comienzan a
aparecer a la vez que lo hacen las grúas del puerto. Mientras navegábamos una
punzada nos mordía el estómago, era 11 de marzo y nuevamente era un día de
luto.
Después de la
visita de Obama a Cuba, éste llegará a Buenos Aires. Justamente se cumple el 40
aniversario del inicio de la dictadura. En esos días se quiere programar su
visita al museo de la memoria (ex – ESMA). Cruel es la historia, en ese lugar
Estados Unidos participó en la tortura y desaparición sistemáticas de miles de
compañerxs. Para cuándo unas palabras de perdón y arrepentimiento.
Antes de la
visita, Obama alababa al presidente Macri y a sus recientes medidas económicas.
A la vez criticaba las acciones llevadas a cabo por Cristina de Kichner durante
sus gobiernos. ¡Ay! Argentina lo que te viene encima.
Las paredes de
Buenos Aires escenifican la lucha de los trabajadores. Diferentes y variadas
organizaciones llenan los espacios con sus reivindicaciones. Diera la sensación
de una sociedad organizada y en lucha, aunque seguro que buena parte de la
misma también está organizada entorno al centro comercial y la indiferencia.
Hemos disfrutado
mucho esta enorme ciudad y sobretodo de su oferta cultural, pero además podemos
decir que cada día al volver a casa, entrábamos en su historia. Nuestro hostal fue
la casa donde Perón realizó la campaña que le llevó a la presidencia por primera
vez, después de salir de la cárcel. Incluso allí se imprimieron los dos
periódicos y la revista de humor que crearon los peronistas en aquellos
tiempos.
Seguramente hay
muchos más lugares y muchos más momentos que esta gran ciudad nos brindó, pero hay
que seguir camino.
(*) Hemos
cambiado el título de Postales por Ventanas, en honor al genio de Galeano.
Micro machismos
I:
Esta larga estancia
latinoamericana nos ha dado para aprender sobre muchos aspectos y uno de ellos
es el género. Así que hemos utilizado las calles de Buenos Aires para comprobar
uno de los muchos micro machismos que se dan en nuestras sociedades.
Ciertamente los primeros en erradicar serían los macro, pero los micros nos muestran
cuan arraigado se encuentra el patriarcado en nuestro día a día y por ello son
muy interesantes de estudiar.
El micro que nos
ocupa en este momento es contabilizar de todas las parejas con las que nos
cruzamos y que van agarradas de la mano, en cuantas es la mano del hombre -o en
realidad su brazo- la que va por delante y en cuantas la de la mujer.
Podíamos pensar que
es algo anecdótico y sin importancia y quizá lo fuera si el resultado rondara el
50% aproximadamente, pero si no es así quizá haya alguna razón detrás de ese
inocente gesto.
Resultado con una
muestra de 100 parejas:
En 96 casos el
hombre llevaba mano y antebrazo por delante, en 4 lo llevaba la mujer. Debo
decir que de esos 4 casos en 2 de ellos aun llevando la mujer la mano por
delante era el hombre el que tiraba de ella.
Las matemáticas dirían
que el resultado es estadísticamente significativo y que evidentemente no se
debe al azar.
Me despido con
una canción…
"Ay, ¿quién maneja mi barca, quién?
que a la deriva me lleva, ¿quién?"